y aun llegó a desafiar al jefe mismo de ese ejército; suprimió el sacrificio diario y profanó el lugar de adoración. Perversamente hizo que su ejército acampara donde antes se ofrecía el sacrificio, y echó por los suelos la verdad. Hizo, en fin, todo cuanto quiso, y en todo tuvo éxito.
Cuando estos reinos lleguen a su fin y los pecadores lleguen al colmo de su maldad, se levantará un rey despótico (altivo de rostro, insolente, rostro adusto) e intrigante (y entendido en enigmas, hábil en intrigas, hablar ambiguo, astuto).

Escrito por Steve Skojec
Abril 8, 2016
El “Papa del Pueblo” no está tratando de construir una Iglesia Católica inclusiva. El despiadadamente la está haciendo liberal.
No hay casi nadie en el mundo a estas alturas que no esté familiarizado con el afable, realista, prominentemente persona humilde proyectada por el papa Francisco. Su estilo de gobierno, sin embargo, está muy lejos de esta imagen pública cuidadosamente cultivada. Bajo la influencia de la ideología peronista de su Argentina natal, él gobierna la Iglesia católica con las pasiones idiosincrásicas, y el compromiso disciplinado a una agenda, de un verdadero ideólogo…
Francisco el «Papa del Pueblo», personaje que siempre ha desmentido un temperamento autocrático que es fríamente eficaz en la consecución de sus objetivos, para ganar aliados a su causa.
[Francisco] tiene conciencia de que todos sus actos y cada sílaba serán analizados para presagio simbólico. Tal prudencia es totalmente acorde con el Jorge Bergoglio conocido por sus amigos argentinos, que se burlan de la idea de que él es inocente. Lo describen como un «jugador de ajedrez», uno en el que cada día está «perfectamente organizado,» en el que «todos y cada paso ha sido pensado.» El propio Bergoglio dijo a los periodistas Francesca Ambrogetti y Sergio Rubin hace varios años que rara vez escuchaba sus impulsos, ya que «la primera respuesta que viene a mí es por lo general mala.»
Robert Mickens, jefe editor de Global Pulse, una revista católica online, describe a Francisco como “maestro de la táctica” que fue capaz de “hacer un movimiento para flanquear a diversos grupos y personas que siguen oponiéndose a muchos de sus iniciativas.”
Francisco ha demostrado una vez más que es un hombre bastante astuto para conseguir lo que quiere, contra todo pronóstico. La longitud del documento prohibirá un análisis exhaustivo por algún tiempo, pero los progresistas católicos ya están celebrando sus innovaciones, y los teólogos están lamentando el daño que sin duda hará en el edificio ya desmoronado del matrimonio cristiano y en la enseñanza de la Iglesia sobre la ética sexual.
… el documento se embala con cuidadoso lenguaje, capas de matices, y de ambigüedad que ofrece un amortiguador frente a los gritos de «herejía». Al mismo tiempo, estas puertas abiertas semánticamente ofrecen oportunidades para la explotación por medio del «discernimiento» subjetivo de los que más han anhelado ver la iglesia cambiar sus enseñanzas para “moverse con los tiempos.”
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