Bergoglio se inventó un versión blasfema y anti bíblica que desfigura al Patriarca Abraham.

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Esta no es la primera vez que Bergoglio tuerce la Escritura o  desfigura a los personajes bíblicos, o trata de manera irreverente la Sagrada Escritura y  hace suposiciones o interpretaciones personales heréticas, que no son sustentables con la Biblia ni con la Tradición de la Iglesia, sino que por el contrario, contradicen  la Palabra de Dios. En esta ocasión de manera blasfema se inventó  una versión ficticia de la historia de Abraham,  para presentarlo como un hombre que dudó  y que se quejó ante Dios, para  en contradicción con la Escritura, recomendar maliciosamente quejarse y luchar contra Dios, como una forma de oración, lo cual además es una blasfemia.

En este enlace pueden ver la versión adulterada del Patriarca Abraham,  que se inventó  Bergoglio.  Audiencia general: La esperanza contra toda esperanza de Abraham, 28.12.2016

Apocalipsis 22:18-19

Yo advierto a todo el que escuche las palabras proféticas de este libro: «Si alguno añade algo sobre esto, Dios echará sobre él las plagas que se describen en este libro.Y si alguno quita algo a las palabras de este libro profético, Dios le quitará su parte en el árbol de la Vida y en la Ciudad Santa, que se describen en este libro.»

Abraham fue hijo de Terá en la genealogía judía de Noé, tenía 75 años de edad cuando por orden de Dios salió de Jarán. Y Sara tenía  65 años . abraham-y-su-esposa-sara

Recordemos primero que Dios aún  no le había cambiado el  nombre a Abram

El pasaje que Bergoglio menciona como si Abram  estuviera quejándose y supuestamente recordándole a Dios su promesa de darle «un hijo», lo podemos leer en Génesis 15, que es justamente el preciso momento cuando Dios le hace la promesa específica a Abram de darle un hijo.

Versión falsificada por Bergoglio: Confiando en esta promesa, Abraham  se pone en camino, deja su tierra y acepta volverse extranjero, esperando en este hijo «imposible» que Dios tendría que darle.

La Versión bíblica:

Obediencia de Abraham

Vivía en la ciudad de Ur, en el área que se conoce hoy en día como Irak, cerca de los ríos Tigris y Eufrates, cuando Dios le pidió el sacrificio de alejarse de su tierra, que era muy fértil pero estaba llena de idólatras.

  1. Dios le prometió primero a Abram, bendecirlo, darle tierras y hacerlo cabeza de una gran nación.

Génesis 12«Vete de tu tierra, y de tu patria, y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te mostraré. De ti haré una nación grande y te bendeciré. Engrandeceré tu nombre; y sé tú una bendición.

Hebreos 11: 8. Por la fe, Abraham, al ser llamado por Dios, obedeció y salió para el lugar que había de recibir en herencia, y salió sin saber a dónde iba.

Nos dice el Catecismo Mayor que: «Abrahán habíase conservado justo en medio de su nación, entregada al culto de los ídolos; y para que perseverase en la justicia, le ordenó Dios que saliese de su tierra y pasase a la de Canaán, llamada también Palestina…» «El pueblo que de él tuvo origen llamóse Pueblo hebreo».También este Catecismo nos enseña:  « que la Iglesia propone a nuestra consideración en los divinos oficios en los tres primeros días de la semana de quincuagésima, la vocación de Abrahám y el premio dado por Dios a su obediencia y a su fe» .

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Fe de Abraham

 

2. Luego cuando llegaron  a Canaán, Yahveh se apareció a Abram y le dijo: «A tu descendencia he de dar esta tierra.» 

Hombre de fe que en cada Lugar construye un altar al Señor.

La Tierra Prometida. Génesis 15:18-21

En Canaán, Abram dialoga  con Dios después de escucharlo decirle, en una visión,  que es su protector y que le dará un gran recompensa, Abram no entiende la promesa y le pregunta  como lo va a bendecir y de que se trata la recompensa,  pues no tiene hijos ya que su esposa era estéril, y es entonces cuando Dios le promete un hijo y hace una Alianza con Abram.

Génesis 15 – Torres Amat

Dios promete a Abram un hijo

1. Pasadas, pues, que fueron estas cosas, habló el Señor a Abram, en una visión, diciendo: No temas, Abram, yo soy tu protector y tu galardón sobremanera grande.

2. A que respondió Abram: ¡Oh Señor Dios!, y ¿qué es lo que me has de dar? Yo me voy de este mundo sin hijos; y así habrá de heredarme el hijo del mayordomo de mi casa, ese Eliezer de Damasco.

3. Pues por lo que a mí toca, añadió Abram, no habiéndome tú concedido sucesión, he aquí que ha de ser mi heredero este siervo nacido en mi casa.

4. Al punto le replicó el Señor, diciendo: No será éste tu heredero, sino un hijo que saldrá de tus entrañas, ése es el que te ha de heredar.

5. Y le sacó afuera y le dijo: Mira al cielo, y cuenta, si puedes, las estrellas. Pues así, le dijo, será tu descendencia.

6. Creyó Abram a Dios, y su fe se le reputó por justicia.

7. Le dijo después: Yo soy el Señor, que te saqué de Ur de los caldeos, para darte la posesión de esta tierra.

8. Pero Abram repuso: ¡Oh Señor Dios!, ¿por dónde he de conocer que yo debo poseerla?

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La Escritura dice que Abram le creyó a Dios, a pesar de que sabía  que su esposa era estéril  y ese día Dios firmó  una alianza con Abram.

Es precisamente  en Génesis 15, donde se señala que por  la fe de Abram, Dios lo reconoció como Justo.

Catecismo  I La obediencia de la fe

Abraham, «el padre de todos los creyentes»

145 La carta a los Hebreos, en el gran elogio de la fe de los antepasados insiste particularmente en la fe de Abraham: «Por la fe, Abraham obedeció y salió para el lugar que había de recibir en herencia, y salió sin saber a dónde iba» (Hb 11,8; cf. Gn 12,1-4). Por la fe, vivió como extranjero y peregrino en la Tierra prometida (cf. Gn 23,4). Por la fe, a Sara se otorgó el concebir al hijo de la promesa. Por la fe, finalmente, Abraham ofreció a su hijo único en sacrificio (cf. Hb 11,17).

146 Abraham realiza así la definición de la fe dada por la carta a los Hebreos: «La fe es garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven» (Hb 11,1). «Creyó Abraham en Dios y le fue reputado como justicia» (Rom 4,3; cf. Gn 15,6). Gracias a esta «fe poderosa» (Rom 4,20), Abraham vino a ser «el padre de todos los creyentes» (Rom 4,11.18; cf. Gn 15,15).

Después de  estar  10 años  habitando en Canaán,  Abram tuvo a su  hijo Ismael con su esclava, Agar. Ismael nació cuando Abraham tenía 86 años de edad. Todavía Sarai  permanecía estéril. Cuando Abraham tenía noventa y nueve años de edad, el Señor se le aparece de nuevo para confirmar el convenio y le dice que cambie su nombre de Abram por el de Abraham y, dirigiéndose a Sarai, le dice que su nombre será Sara. Quien  le recuerda la promesa a Abram es el mismo Dios.  (Génesis 17:5 -16). Dios mismo fue  revelándole  los detalles de la promesa inicial que le hizo a Abram.

Génesis 17:19.  Y Dios respondió a Abrahán: Sí por cierto: Sara te ha de parir un hijo, y le pondrás por nombre Isaac, y con él confirmaré mi pacto en alianza sempiterna, y con su descendencia después de él.

Dios ordena a Abraham, además, que circuncide a todos los varones de su casa como señal de la Alianza.  Abraham tuvo  a su hijo Isaac con Sara cuando  tenía  100 años. Sara tenía 90 años.  Ismael tenía catorce años cuando nació Isaac. Abraham murió a los 175  años de edad.

Bergoglio adulteró  y torció   el Pasaje bíblico, para presentar una versión  inventada y blasfema de un Abraham que se queja ante Dios, porque supuestamente no le había cumplido una promesa, promesa especifica que Dios le hizo estando ya en Canaán, en el mismo momento en que Abram, manifiesta que no entiende la manera como Dios va a bendecirlo. Pero gracias a la Sagradas Escrituras  podemos ver claramente  la gran fe de nuestro Padre Abraham, que no  se quejó  a Dios ni dudó,   después que ya si habían pasado 25 años  esperando por la promesa, que Dios le había hecho  de darle un hijo heredero. Los títulos que el Martirologio da a Abraham son – “Santo Patriarca” y  “El padre de todos los creyentes”

Versión ficticia inventada por Bergoglio:

Pero se trata de un camino difícil e,  incluso para Abraham,  llega el momento de la  crisis del desconsuelo. Él había confiado, había dejado su casa, su tierra, sus amigos, … Todo. “Llegó a la tierra que Dios le había indicado y el tiempo pasaba pero el niño no llegaba y la matriz de Sara seguía cerrada en su esterilidad.. Y Abraham, -prosiguió Francisco– no digo que pierda la paciencia, pero se queja al Señor. Esto también, podemos aprender de nuestro padre Abraham: Quejarnos con el Señor; es una manera de rezar. A veces cuando confieso me dicen: «Me he quejado al Señor …» y [digo]: «¡Muy bien! Quéjate, es un padre. Y esta es una manera de rezar: ¡Quéjate al Señor, está bien!”. Abraham se queja al Señor diciendo: «Señor Dios, […] yo me voy sin hijos, y el heredero de mi casa es Eliezer de Damasco» (Eliezer era el que regía  todas las cosas).

Con la Sagrada Escritura podemos desenmascarar este engaño de Bergoglio, ya que San Pablo nos afirma que Abraham no dudó ni desconfió, como podemos leer en Romanos 4: 19-20 :

Y no desfalleció en la fe, ni atendió a su propio cuerpo ya desvirtuado, siendo ya de casi cien años, ni a que estaba extinguida en Sara la virtud de concebir.

No dudó él ni tuvo la menor desconfianza de la promesa de Dios, antes se fortaleció en la fe, dando a Dios la gloria.

Bergoglio además presentó  a un falso Abraham que  desconfía y deja de creer en Dios.

Versión blasfema inventada por Bergoglio: Después se lo lleva fuera, y le dice: «Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si puedes contarlas” y agrega «Así será tu descendencia.» Y Abraham cree otra vez en el Señor”.

Esa escena se desarrolla de  noche, el exterior está  oscuro pero también en el corazón de Abraham hay la  oscuridad de la desilusión, del desánimo, la dificultad de seguir esperando algo imposible. El patriarca es ya demasiado viejo, y parece que no queda tiempo para un hijo, y  que será un siervo el que heredará todo.  “Abraham – se dirige al Señor, pero  Dios, aunque esté presente allí y hable con él, es como si ya se hubiera alejado, como si  no hubiera cumplido su palabra. Abraham se siente solo, es viejo y está cansado..¿Cómo puede fiarse todavía?. Aún así, su queja es una forma de fe, es una oración.

Romanos 4:3

Pues la Escritura dice: «Abraham creyó a Dios, y por eso Dios le tuvo esto en cuenta y lo reconoció como justo.»

Versión fabricada por Bergoglio:

Abraham con fe, se dirige a Dios para que le ayude a mantener la esperanza. “Curiosamente –  no le pide un hijo. Pide : «Ayúdame a seguir esperando,» la oración para tener esperanza.

Interpretación  inventada por Bergoglio:

Dios saca a Abraham fuera de la tienda, “en realidad de su punto de vista estrecho, y le muestra las estrellas.

2 Pedro 3:16

Lo escribe también en todas las cartas cuando habla en ellas de esto. Aunque hay en ellas cosas difíciles de entender, que los ignorantes y los débiles interpretan torcidamente – como también las demás Escrituras – para su propia perdición.

 

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Génesis 18:10 Entonces uno de ellos dijo: —El año próximo volveré a visitarte, y para entonces tu esposa Sara tendrá un hijo.

La Escritura misma derrumba la interpretación blasfema de Bergoglio, de hecho la primera vez que Sara escuchó  la promesa le pareció gracioso pues ella estaba anciana y  esto fue un año  antes de quedar embarazada.  Y Dios le dice que para Él no hay nada imposible.

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Hebreos 11:11 Por la fe, también Sara recibió, aun fuera de la edad apropiada, vigor para ser madre, pues tuvo como digno de fe al que se lo prometía.
En la medida que Dios fue probando al Patriarca Abraham le fue revelando  la promesa mesiánica, incluso después del nacimiento de su hijo Isaac, su fe nuevamente fue probada (Gn 22,1-18).
Hebreos 11:17 Por la fe, Abraham, sometido a la prueba, presentó a Isaac como ofrenda, y el que había recibido las promesas, ofrecía a su unigénito.
Catecismo Mayor:
En confirmación de la palabra de Dios, Abrahán tuvo de su mujer Sara, bien que de edad provecta, un hijo, que llamó Isaac.
33. Para probar la fidelidad y obediencia de su siervo, le ordenó Dios que le sacrificase éste su único hijo, a quien tanto amaba y en quien recaían las divinas promesas. Pero Abrahán, seguro de estas promesas, no titubeó en la fe, y, como se escribe en la Sagrada Escritura, esperó contra la misma esperanza; dispuso todo lo concerniente al sacrificio, y lo iba a ejecutar. Pero un ángel le detuvo la mano, y en premio a su fidelidad, Dios le bendijo y le anunció que de aquel su hijo nacería el Redentor del mundo.
Catena Aurea:
San Ambrosio, in Lucam, 4:
Pero por lo mismo que Satanás se transfigura en ángel de luz y prepara su perdición en las mismas Sagradas Escrituras a los fieles, usa muchas veces de textos de las mismas Escrituras, no para enseñar, sino para engañar. De donde prosigue: «Está escrito que te mandará sus ángeles».
San Jerónimo:
Leemos esto en el salmo noventa, pero allí no se habla de Cristo, sino que es una profecía de un hombre santo; el diablo interpreta mal las Escrituras.
Tengan mucho cuidado con la anti doctrina  que difunde incansablemente este heresiarca, que está llevando a  las masas a la apostasía, predicándoles  un falso evangelio que no salva, sino que es un veneno mortal, que lleva a la condenación eterna a quienes lo acepten.

Libro de Hildegarda de Bingen O.S.B:

Lo que hayan puesto la morada de sus corazones en las cosas terrenales, cuyos nombres no están marcados con el signo de la santidad en la vida eterna y cuya boca  conoce la mentira, adorarán a la bestia malvada inclinándose con el cuerpo y con la mente. Por tanto, también se perderá el que adore los escritos de este hombre perdido, tributándole culto, y quien conserve en su corazón los escritos de Satanás, que fue echado por Dios ya que quiso ser Dios. Por tanto también se le llama muerte, porque rehuyó la vida de aquel en quien no se encuentra la muerte, sino que más bien todo lo vivífica. Todos los que sigan a este hijo de la perdición y ejecuten sus obras no estarán escritos en el Libro de la Vida del Cordero, porque este Cordero es la Palabra de Dios aquella Palabra, ¡Hágase!, de la cual toda criatura procede. Pero a pesar de eso, el diablo ha tenido a seguidores bajo el Antiguo Testamento y los tiene bajo el Nuevo.

En cuanto a estas quejas, que malintencionadamente recomienda el heresiarca Bergoglio, que contradicen   las enseñanzas de la Escritura,  ya se había comentado anteriormente  en otro artículo ,  que Dios prohíbe este tipo de quejas pues son abominables para Él.

Heresiarca Bergoglio: “La Fe es también luchar con Dios, mostrarle nuestra amargura sin falsas devociones. Me he enfadado con Dios, y le he dicho esto, esto y esto… No te preocupes, Él es un Padre y te habrá entendido. Sed valientes, sed valientes. Esto es tener esperanza”.

Números, 11:1
El pueblo profería quejas amargas a los oídos de Yahveh, y Yahveh lo oyó. Se encendió su ira y ardió un fuego de Yahveh entre ellos y devoró un extremo del campamento.

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 13,3
Observa que los testimonios son citados por el Señor de una manera conveniente, pero el diablo los cita de una manera inconveniente. No porque está escrito «enviará sus ángeles», etc., persuade a Jesús a arrojarse.
Rábano
Debe observarse que, aun cuando Nuestro Salvador permitiese al diablo que le pusiese sobre el pináculo del templo, sin embargo, no quiso descender a su dominio, dándonos ejemplo para que cuando alguno nos inste a subir por el camino estrecho de la verdad, obedezcamos; pero que si alguno quiere precipitarnos de la altura de la verdad y de la virtud a los abismos del error y de los vicios, no lo oigamos.
Creerle  a Dios es creer en su Santa Palabra. Abraham es Padre de los que somos creyentes en Jesucristo  y creemos en la Palabra de Dios y no es padre de los incrédulos.

Gálatas 3: 7.Tened, pues, entendido que los que viven de la fe, ésos son los hijos de Abraham.

Gálatas 3:9. Así pues, los que viven de la fe son bendecidos con Abraham el creyente.

Gálatas 3:29. Y si sois de Cristo, ya sois descendencia de Abraham, herederos según la Promesa.

San Jerónimo:
Quebranta las flechas del diablo sacadas de las Escrituras, con los escudos de las mismas Escrituras. Así, pues, le dice Jesús: También está escrito: «No tentarás al Señor tu Dios».
Recuerden hermanos, que   San Jerónimo  afirmó que: La ignorancia de las Escrituras es la ignorancia de Cristo.

San Abraham, padre de los creyentes, ruega por nosotros.


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