Bergoglio utiliza a sus títeres para promover el Sacrilegio.

Sandro Magister escribe :

luteroComunión para todos, católicos y protestantes. Palabra de Kasper; bueno, mejor dicho, del Papa.

La oscuridad con la que el Papa Francisco ama hablar y escribir sobre las cuestiones más controvertidas es una constante en su magisterio, una oscuridad que ha tocado el cénit en la respuesta que dio el 15 de noviembre de 2015 a una luterana casada con un católico que le preguntó si también ella podía acercarse a la comunión en la misa:

> Sì, no, non so, fate voi. Le linee guida di Francesco per l’intercomunione con i luterani

Pero son los personajes e intérpretes que están más cercanos a él: cardenales, obispos, teólogos, jesuitas, periodistas, quienes disipan las dudas sobre su pensamiento real.

bergoglio-y-su-titere-kasperHe aquí, entonces, lo que ha dicho hace unos días a propósito de la intercomunión entre católicos y protestantes el cardenal preferido del Papa, el alemán Walter Kasper, en una entrevista transmitida por la televisión estatal italiana:

K. – Hoy ya no somos enemigos, somos amigos, somos hermanos y hermanas. Hemos empezado este camino ecuménico y ya hemos dado muchos pasos hacia adelante. Tenemos la esperanza cierta de alcanzar un día la plena comunión. Ya hay mucha comunión entre nosotros.

D. – ¿Una comunión también en lo que atañe a la mesa eucarística?

K. – Sí, la comunión común en ciertos caso creo que sí. Si [dos cónyuges, uno católico y el otro protestante] comparten la misma fe eucarística -este es el supuesto- y están dispuestos interiormente, pueden decidir en su conciencia recibir la comunión. Esta es también la posición, creo, del actual Papa, porque hay un proceso de ir juntos. Y delante del altar una pareja, una familia, no se puede dividir.

Se pueden escuchar estas palabras de Kasper a partir del minuto 8’08»y hasta el minuto 9’32» del programa «Protestantesimo» del 31 de enero de 2017, en Rai2.

*

Mientras tanto siguen las intervenciones cuyo fin es confirmar, en nombre del Papa, que la exhortación apostolica «Amoris laetitia», a pesar de las oscuridades y dudas que plantea, sí es «clara» en su admisión de los divorciados que se han vuelto a casar a la comunión, aunque continúen viviendo «more uxorio».

Resumiendo, la primera persona a la que el Papa confió públicamente la tarea de interpretar así su pensamiento fue el cardenal Christoph Schönborn, en la presentación oficial de «Amoris laetitia» el 8 de abril de 2016.

Después, el 5 de septiembre, fue el Papa personalmente quien escribió a los obispos de la región de Buenos Aires una carta de aprobación por su línea permisiva.

Al cabo de pocos días, el 19 de septiembre, fue el cardenal Agostino Vallini, vicario del Papa para la diócesis de Roma, quien dictó a sus sacerdotes, en la catedral de San Juan de Letrán, instrucciones similares previamente aprobadas por su directo superior.

A continuación «L’Osservatore Romano» publicó, el 14 de enero de este año, claramente animado desde arriba, el vía libre a la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar concedido por los obispos de Malta.

De nuevo «L’Osservatore Romano» dio gran difusión, el 2 de febrero, a las directrices aún más «progresistas» publicadas por los obispos de Alemania.

El 10 de febrero, el periódico de la Santa Sede publicó la presentación que había hecho el cardenal Lluís Martínez Sistach, arzobispo emérito de Barcelona, a un libro suyo titulado «Cómo aplicar Amoris laetitia», escrito en «agradecimiento» al Papa por «haber actualizado al tiempo presente la enseñanza de la Iglesia».

Y por último, «L’Osservatore Romano» ha reproducido el 15 de febrero el elogio que el teólogo Maurizio Gronchi ha tributado a un opúsculo del cardenal Francesco Coccopalmerio sobre las «novedades» del capítulo ocho de «Amoris laetitia», opúsculo presentado como grato al Papa e, incluso, pedido por él.

Hasta aquí la «pars construens» a día de hoy que, como se puede bien observar, se ha acelerado en los últimos días en concomitancia con los «acontecimientos recientes» (un manifiesto y una falsa página de «L’Osservatore Romano» que, irónicamente, denunciaba las incoherencias papales), que han inducido a los nueve cardenales del consejo que coadyuva a Francisco en el gobierno de la Iglesia a manifestarle el 13 de febrero su «adhesión y apoyo».

Pero en la estrategia comunicativa de Francisco está también la «pars destruens», es decir, el rechazo persistente y despreciativo de responder a las dudas que le presentaron cuatro cardenales sobre los puntos oscuros de «Amoris laetitia», como también el ostracismo al que parece estar condenado el cardenal Gerhard L. Müller, prefecto de la congregación para la doctrina de la fe y portador, también él, de interpretaciones no gratas al Papa simplemente porque se mantiene firme en el magisterio anterior de la Iglesia.

(Traducción en español de Helena Faccia Serrano, Alcalá de Henares, España)

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Santo Tomas explica que la inmigración no es un derecho automático, sino un privilegio que el Estado tiene el derecho de Regular.

Autor: John Horvat II

Al tratar el debate sobre la inmigración, casi automáticamente se asume que la posición de la Iglesia es de caridad incondicional hacia aquellos que ingresan a la nación, legal o ilegalmente

summa-theologica-aquinasSin embargo, ¿es este el caso? ¿Qué dice la Biblia acerca de la inmigración? ¿Qué dicen los doctores y teólogos de la Iglesia? Sobre todo, ¿qué dice el mayor de los doctores, Santo Tomás de Aquino, sobre la inmigración? ¿Su opinión ofrece algunas ideas sobre los temas candentes que ahora sacuden a la nación y que oscurecen las fronteras nacionales?
 La inmigración es un problema moderno y algunos podrían pensar que el Santo medieval no tendría opinión sobre el problema. Y, sin embargo, si la tiene. Sólo hay que mirar en su obra maestra, la Summa Theologica, en la primera parte de la segunda parte, la pregunta 105, el artículo 3 (I-II, P. 105, Art. 3). Allí se encuentra su análisis basado en ideas bíblicas que pueden orientar el debate nacional. Ellas son completamente aplicables al presente.
Santo Tomás: “Las relaciones del hombre con los extranjeros son de dos tipos: pacíficas y hostiles; y al gobernar ambos tipos de relación, la Ley contiene preceptos adecuados”.
violencia-en-parisComentario: Al hacer esta afirmación, Santo Tomás ratifica que no todos los inmigrantes son iguales. Cada país tiene el derecho de decidir qué inmigrantes son beneficiosos, es decir, “pacíficos”, para el bien común. El Estado puede rechazar, por una cuestión de legítima defensa, a los elementos criminales, traidores, enemigos y otros que considere que son perjudiciales u “hostiles” para sus ciudadanos.
La segunda cosa que  él afirma es que la manera de abordar la inmigración está determinada por la Ley en los casos de inmigración beneficiosa y “hostil”. El Estado tiene el derecho y el deber de aplicar su ley.
 Santo Tomás: “A los judíos se les ofrecieron tres oportunidades de relaciones pacíficas con los extranjeros. Primero, cuando los extranjeros pasaban por sus tierras como viajeros. En segundo lugar, cuando vinieron a morar en su tierra como recién llegados. Y en ambos aspectos, la Ley hizó amable disposición en sus preceptos: porque está escrito (Éxodo 22:21): “No molestarás al extranjero [advenam]”; y nuevamente (Éxodo 22: 9): “No molestes a un extraño [peregrino]”.
Comentario: Aquí Santo Tomás reconoce el hecho de que otros quieran venir a visitar o incluso permanecer en la tierra por algún tiempo. Esos extranjeros merecían ser tratados con caridad, respeto y cortesía, la que se debe a cualquier ser humano de buena voluntad. En estos casos, la ley puede y debe proteger a los extranjeros de ser maltratados o molestados.
Santo Tomás: En tercer lugar, cuando los extranjeros deseaban ser admitidos completamente en su sociedad y modo de adoración. Con respecto a estos se observó un cierto orden. Porque ellos no eran admitidos de inmediato a la ciudadanía: Tal como era ley con algunas naciones que nadie era considerado ciudadano, excepto después de dos o tres generaciones, como dice el Filósofo (Polit., iii,1).
Comentario: Santo Tomás reconoce que habrá quienes quieran quedarse y convertirse en ciudadanos de las tierras que visitan. Sin embargo, establece como primera condición para la aceptación el deseo de integrarse plenamente en lo que hoy se  consideraría   la cultura y la vida de la nación.
Una segunda condición es que la concesión de la ciudadanía no es inmediata. El proceso de integración lleva tiempo. La gente necesita adaptarse a la nación. Él cita al filósofo Aristóteles diciendo que se consideró que este proceso tomaba dos o tres generaciones.
El mismo Santo Tomás no da un marco de tiempo para esta integración, pero admite que puede tomar mucho tiempo.
Santo Tomás: La razón de esto es que si a los extranjeros se les permitiera inmiscuirse  en los asuntos de una nación tan pronto como se establecieran en medio de ella, muchos peligros podrían ocurrir, ya que los extranjeros que todavía no tienen el bien común afianzado en el corazón podrían intentar algo dañino para los habitantes”.
paris terror.pngComentario: El sentido común en Santo Tomás ciertamente no es políticamente correcto, pero es lógico. El teólogo señala que vivir en una nación es algo complejo. Se necesita tiempo para conocer los problemas que afectan a la nación. Aquellos familiarizados con la larga historia de su nación están en la mejor posición para tomar las decisiones a largo plazo sobre su futuro. Es perjudicial e injusto poner el futuro de un lugar en manos de los recién llegados que, aunque no por culpa suya, tienen poca idea de lo que está sucediendo o ha sucedido en la nación. Tal política podría conducir a la destrucción de la nación.
Como ilustración de este punto, Santo Tomás señala más adelante que el pueblo judío no trató a todas las naciones por igual, ya que las naciones más cercanas a ellos fueron más rápidamente integradas en la población que las que no estaban tan cerca. Algunos pueblos hostiles no fueron admitidos en absoluto a la ciudadanía debido a su enemistad hacia el pueblo judío.
Santo Tomás: “Sin embargo, era posible dispensar para ser admitido a la ciudadanía a un hombre por causa de algún acto de virtud: está relatado (Judit 14: 6) que Achior, el capitán de los hijos de Amón, ‘fue unido al pueblo de Israel, con toda la sucesión de su parentela”.
Comentario: Es decir, las reglas no eran rígidas. Hubo excepciones que se concedieron en función de las circunstancias. Sin embargo, tales excepciones no eran arbitrarias, sino que siempre tenían en mente el bien común. El ejemplo de Achior describe la ciudadanía otorgada al capitán y a sus hijos por los buenos servicios prestados a la nación.
 * * *
 Estos son algunos de los pensamientos de Santo Tomás de Aquino sobre la cuestión de la inmigración basados en los principios bíblicos. Está claro que la inmigración debe tener dos cosas en mente: la primera es la unidad de la nación; y la segunda es el bien común.
invasion-musulmana-parisLa inmigración debe tener como meta la integración, no la desintegración o la segregación. El inmigrante debería no solamente desear asumir los beneficios sino también las responsabilidades de unirse a la plena comunión de la nación. Al convertirse en ciudadano, una persona se convierte en parte de una amplia familia a largo plazo y no es un accionista de una sociedad anónima  que buscan sólo su interés individual a corto plazo.
 En segundo lugar, Santo Tomás enseña que la inmigración debe tener en mente el bien común; no puede destruir o abrumar a una nación.
 Esto explica por qué tantos estadounidenses experimentan el malestar causado por la inmigración masiva y desproporcionada. Tal política introduce artificialmente una situación que destruye puntos comunes de unidad y recarga la capacidad de una sociedad para absorber orgánicamente nuevos elementos en una cultura unificada. El bien común ya no es considerado.
Una inmigración proporcional siempre ha sido un desarrollo saludable en una sociedad, ya que inyecta nueva vida y cualidades en un cuerpo social. Pero cuando pierde esa proporción y socava el propósito del Estado, amenaza el bienestar de la nación.
 Cuando esto sucede, la nación haría bien en seguir el consejo de Santo Tomás de Aquino y los principios bíblicos. La nación debe practicar la justicia y la caridad hacia todos, incluidos los extranjeros, pero debe sobre todo salvaguardar el bien común y su unidad, sin la cual ningún país puede durar mucho tiempo.

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Autor: John Horvat II, Vicepresidente de Sociedad Americana de Defensa de la Tradición, Familia y Propiedad (TFP). Es un erudito, investigador, educador, orador internacional y autor del libro, Return to Order.
(Esta publicación es una traducción de un desarrollo de un párrafo y una nota a pie de página del libro, Return to Order, de John Horvat II.)
 Acción Familia.
Traducción revisada y mejorada por  @Enraizados en Cristo