Hebreos 10:29 ¿Cuánto más grave castigo pensáis que merecerá el que pisoteó al Hijo de Dios, y tuvo como profana la sangre de la Alianza que le santificó, y ultrajó al Espíritu de la gracia?
(Biblia de Jerusalén)
2 Pedro 3:16
…Aunque hay en ellas cosas difíciles de entender, que los ignorantes y los débiles interpretan torcidamente – como también las demás Escrituras – para su propia perdición.
Bergoglio enseña que la Sangre de Jesús es pagana.
Hebreos 10: 28. Pues ahora, ¿ cuánto más acerbos suplicios, si lo pensáis, merecerá aquel que hollare al Hijo de Dios, y tuviese por vil e inmunda la sangre divina del Testamento, por la cual fue santificado, y ultrajare al Espíritu Santo autor de la gracia?
(Félix Torres Amat. Traducción de la Vulgata al castellano )
Sobre Bergoglio recae la maldición divina por tener como profana la Sangre de Cristo.
Bergoglio blasfemó contra Jesucristo, contra el Padre, contra el Espiritu Santo y contra la Santísima Virgen María. Blasfemó contra el Misterio divino de la Encarnación, obra satánica que viene del espíritu del Anticristo.
1 Pedro 1: 18-19
Sabiendo que habéis sido rescatados de la conducta necia heredada de vuestros padres, no con algo caduco, oro o plata, sino con una sangre preciosa, como de cordero sin tacha y sin mancilla, Cristo.
La Sangre de Jesús es Divina, este es el misterio de nuestra redención que los paganos como Bergoglio no pueden entender y por tener esa mentalidad tan pagana es que promueve el Sacrilegio Eucarístico.
San Agustín: “Todos los errores de los herejes acerca de Jesucristo pueden reducirse a tres clases: los concernientes a su divinidad, a su humanidad, o a ambas a la vez”.(Quaestiones evangeliorum, 5,45)
San Agustín, in Ioannem, tract. 10
Aunque el Señor tomó su cuerpo de la descendencia de Adán, no tomó su pecado; de él tomó el templo de su cuerpo, pero no la maldad, que había de arrojar de ese templo. (Catena Aurea Santo Tomas de Aquino – Jn 2,18-22 -)
Jesús no era el hijo Biológico de San José sino de la inmaculada Virgen María.
La genealogía que describe San Mateo y San Lucas corresponden a la genealogía de San José, quien era el Padre Adoptivo de Jesús, la genealogía paterna le corresponde a Jesús por Ley NO por Consanguinidad.
La genealogía de María quien también es descendiente de David no tiene ninguna influencia pagana en Jesucristo por haber sido concebida inmaculadamente sin pecado original.
Entonces esta Blasfemia herética de Bergoglio equivale a decir que Jesús heredó en su sangre el Pecado original, lo que es una blasfemia contra el Espiritu Santo y una negación de los dogmas marianos.
Los seres humanos heredamos el pecado original pero no el paganismo un pagano se hace no nace.
Mateo 1:16
Y Jacob engendró a José, esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado el Cristo.
- La glosa (Catena Aurea Santo Tomás de Aquino)
Después de todas las generaciones, el evangelista pone la generación de José, por virtud de la cual se insertan todas las otras, diciendo: «Y Jacob engendró a José».
- San Jerónimo
Juliano Augusto nos objeta la discordancia de los evangelistas sobre este punto, porque San Mateo llama a José hijo de Jacob, y San Lucas hijo de Helí. Ignora, sin duda, que la Escritura suele llamar padre al que lo es por naturaleza y al que lo es según la ley. Dios ordena por Moisés en el Deuteronomio ( Dt 25), que si un hermano o pariente muere sin hijos, otro hermano o pariente tome a la viuda del difunto para darle descendencia. Este punto ha sido cumplidamente debatido por el historiador Africano, y Eusebio de Cesarea, en su libro De la discordancia de los Evangelios.
- Eusebio de Cesarea, historia ecclesiastica, 1,7
Matán y Melkí tuvieron cada uno, en distintos tiempos, un hijo de una misma mujer, llamada Jesca. Matán, descendiente de David por Salomón, la había tomado primero por mujer y dejando un hijo llamado Jacob, murió. Como la ley permitía a la viuda casarse con otro, Melkí, del mismo origen que Matán, de la misma tribu, aunque no de la misma familia, tomó por mujer a la viuda de Matán, de la que tuvo otro hijo llamado Helí. Y así Jacob y Helí, de distintos padres, resultan hermanos del mismo vientre. El primero de éstos, Jacob, tomando conforme a la ley a la viuda de su hermano, muerto sin hijos, engendró a José, hijo suyo según la naturaleza. Por eso leemos: «Y Jacob engendró a José». Pero, según la ley, José resulta hijo también de Helí, cuya mujer había tomado su hermano Jacob para darle descendencia. Así encontramos recta y completa la genealogía que enumera San Mateo y la que describe San Lucas, quien con la expresión más adecuada designó la sucesión legal establecida en favor del difunto, como por cierta especie de adopción, teniendo buen cuidado de no nombrar siquiera la palabra generación en esta clase de sucesiones.
Lucas 1,26-27 -Y al sexto mes, el Angel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David, y el nombre de la Virgen era María.
- San Ambrosio, in Lucam, 1, 2
Porque no fue hombre el que abrió el seno virginal, sino que el Espíritu Santo infundió germen inmaculado en aquel seno inviolable. Aquel, pues, que santificó las entrañas de otra para que naciese el profeta, es el mismo que abrió las entrañas de su Madre para nacer inmaculado.
- San Agustín, de quaestiones Novi et Veteri Testamenti, 56
O de otro modo, Mateo desciende a José de David por Salomón. Por el contrario, Lucas parte de Helí, que vivió en tiempo del Salvador, y sube por la descendencia de Natán hijo de David, y junta en una misma tribu a Helí y José, manifestando que uno y otro proceden de un mismo origen; y que así el Salvador es hijo no solamente de José, sino también de Helí. Por la misma razón que el Salvador se dice hijo de José, también se dice que es hijo de Helí y de todos los demás que pertenecen a la misma tribu. De aquí que dice el apóstol: «Cuyos padres, y de quienes es Cristo según la carne» ( Rom 9,5).
- Crisóstomo, in Ioannem, hom. 10
Y habiendo dicho que han nacido de Dios los que le reciben, expuso la causa de este honor, a saber: Que el Verbo se había hecho carne. El verdadero Hijo de Dios se ha hecho Hijo del hombre, para poder hacer a los hijos de los hombres hijos de Dios. Y cuando oigas que el Verbo se ha hecho carne no te turbes, porque no convierte su esencia en carne (pensar esto sería verdaderamente impío) sino que permanece tal y como es, aunque toma la forma de siervo. Como hay algunos que dicen que son fantasías todo lo que afecta a la Encarnación, para destruir esta blasfemia usó de las palabras: «Ha sido hecho», queriendo expresar no la mutación de sustancia, sino la unión a una verdadera carne. Y si dicen que Dios es omnipotente, ¿cómo puede transformarse en carne? Contestaremos diciendo que no es posible la transformación de aquella naturaleza inmutable.
- San Agustín, De Trin., 15, 11
Así como en nosotros la palabra en cierto modo es la voz del cuerpo, y toma el sonido por el que se manifiesta a los sentidos de los hombres, así el Verbo de Dios hecho carne ha tomado aquella forma por la que puede darse a conocer a los mismos. Y así como nuestro verbo se convierte en voz, aun cuando no se transforma en voz, así el Verbo de Dios se ha hecho carne. Pero lejos de nosotros la idea de que se ha transformado en carne, porque la ha tomado no siendo absorbido por ella. Y, así nuestra palabra se convierte en voz, y la de Dios se ha convertido en carne.
– Lc 1,30-33 –
Y el Angel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios: he aquí que concebirás en tu seno y parirás un hijo y llamarás su nombre Jesús. Este será grande y se llamará Hijo del Altísimo, y le dará al Señor Dios el trono de David, su Padre: y reinará en la casa de Jacob por siempre, y no tendrá fin su reino».
- Griego (Catena Aurea Santo Tomás de Aquino):
Dice, pues: «Tú lo llamarás». No el padre, porque carece de padre en cuanto a la generación humana, así como carece de madre respecto de la generación divina.
- San Ambrosio
Se ha dicho también respecto de San Juan que sería grande. Pero aquél fue grande como hombre y Este es grande como Dios. Porque la virtud de Dios se difunde ampliamente, así como la grandeza de la sustancia no varía con el tiempo.
- Griego
Ni la asunción de la carne humilla la grandeza de la divinidad, sino que más bien se sublima la humildad de la carne. Por ello sigue: «Y se llamará Hijo del Altísimo». No eres tú quien le impones el nombre, sino que será llamado. ¿Por quién sino por su Padre consustancial? Nadie conoce al Hijo sino el Padre ( Mt 11,27). Quien tiene conocimiento infalible del Engendrado es el único verdadero intérprete, respecto de la imposición del nombre del Hijo; por quien se dice: «Este es mi hijo muy amado».(Mt 17,5) Existe desde la eternidad, aunque ahora para nuestra inteligencia se manifiesta su nombre. Y por esto dice «será llamado», no «será hecho» ni «será engendrado», porque ya antes de los siglos era consustancial al Padre. Concebirás, pues, a Este, serás su Madre. Tu vientre virginal contendrá a Aquel que el espacio del cielo no puede contener.
- San Juan Crisóstomo
Acaso parecerá a algunos enorme -o indecente- que Dios habite un cuerpo. ¿Mas por ventura el sol, cuyo cuerpo es sensible, mancha su propia pureza a cualquier parte que envíe sus rayos? Pues con mucha más razón el Sol de justicia, tomando un cuerpo purísimo de las entrañas de la Virgen, no sólo no se manchó sino que antes, por el contrario, santificó más a la Madre.
- Griego
Y para recordar a la Virgen los profetas, añade: «Y le dará el Señor Dios el trono de David,…». Para que se sepa con claridad que el que había de nacer de Virgen era el mismo Cristo que los profetas prometieron que nacería de la descendencia de David.
- San Cirilo, contra Juliano, 8
Sin embargo, el cuerpo purísimo de Jesucristo no procede de José, aunque descendía de la misma línea de parentesco que la Virgen, de la cual el Unigénito del Padre tomó la forma humana.
- San Basilio, epistola 2,36
El Señor no se sienta en el trono material de David, puesto que el reino judío había pasado a Herodes. Pero llama trono de David a aquel en que se sienta el Señor para gobernar un reino indisoluble. Por ello sigue: «Y reinará en la casa de Jacob».
- Griego
Sólo Dios puede reinar eternamente. Por esto sucede que aunque se diga que toma el trono de David por la encarnación, en cuanto Dios es reconocido como Rey eterno. Prosigue: «Y su reino no tendrá fin». No sólo en cuanto Dios, sino también en cuanto hombre. Y al presente reina sobre muchos y finalmente reinará sobre todos porque todas las cosas le están sometidas ( 1Cor 15).
- San Gregorio Niseno, in diem nat. Christi
Apareciendo como hombre, no se somete en todo a las leyes de la naturaleza humana. El nacer de la mujer demuestra la naturaleza humana. Pero la virginidad, que había servido para aquel nacimiento, manifiesta que es superior al hombre. Su Madre lo lleva con alegría, su origen es inmaculado, fácil el parto, su nacimiento sin mancha y sin dolores. Porque convenía que, así como fue condenada a alumbrar con dolores la que por su culpa introdujo la muerte en nuestra naturaleza, alumbrase por el contrario con alegría la Madre de la vida. Viene a la vida de los mortales por la pureza virginal en el momento en que empiezan a disiparse las tinieblas y aquella oscuridad nocturna e inmensa desaparece por la fuerza del rayo vivificador. Porque la muerte era el fin de la gravedad del pecado y ahora va a ser destruida ante la presencia de la verdadera luz, que habrá de iluminar a todo el mundo por medio de los rayos evangélicos.
San Jerónimo recriminó a un blasfemo diciéndole: “¿Por qué ofendes a Dios? “Los perros ladran en defensa de sus dueños, y ¿me callaría yo cuando oigo blasfemar el nombre de mi Dios? ¡ Podré morir, pero no callar!
Linaje de la Virgen María:
La Virgen María también era descendiente de la casa de David, pero como fue concebida sin pecado original no le transmitió ningún pecado a Jesús.
Alleluia Nativitas gloriose virginis Marie ex semine Abrahe orta de tribu Juda clara ex stirpe David.
Isabel descendiente de Aarón (Lucas 1,5)
- Beda, homil. de Annunt. Sup
Lo cual no sólo se refiere a San José, sino también a la Virgen María. Estaba mandado por la ley que cada uno tomase mujer de su propia tribu o familia. Prosigue el mismo evangelista: «Y el nombre de la Virgen era María».
Lucas 1:42-43 Y fue llena Isabel del Espíritu Santo. Y exclamó en alta voz y dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. ¿Y de dónde esto a mí, que la Madre de mi Señor venga a mí?
- Orígenes
Dice, pues: «Bendita tú entre las mujeres». Ninguna fue jamás tan colmada de gracia, ni podía serlo, porque sólo ella es Madre de un fruto divino.
- Teofilacto
Pero como había habido otras mujeres santas que habían engendrado hijos manchados por el pecado, añade: «Y bendito el fruto de tu vientre». O de otro modo, había dicho: «Bendita tú entre las mujeres». Y como si alguien le preguntase el porqué, añadió la causa: «Y bendito el fruto de tu vientre,…». Así como se dice en el Salmo 117 ( Sal 117,26-27): «Bendito el Señor Dios, que viene en nombre del Señor, y nos iluminó». Acostumbraba la Sagrada Escritura tomar la palabra y en el sentido y lugar de la palabra porque.
La Biblia nos afirma que es la madre la que le transmite el pecado original a sus hijos. (Cf. Job 15:14, Job 14:4)
Salmos 51:5 Mira, pues, que fui concebido en iniquidad y que mi madre me concibió en pecado.
Salmos 58:3
3 (4) Los malvados se pervierten desde el vientre; los mentirosos se descarrían desde antes de nacer.
María Madre de Dios,
María el Arca de la Nueva Alianza, madre del Cordero sin Mancha.
Sabemos que María fue concebida sin Pecado original, por lo tanto la Sangre de Jesús es inmaculada, no tienen ninguna mancha.
Catecismo Mayor San Pío X
84.
¿Que nos enseña el tercer artículo: QUE FUE CONCEBIDO POR OBRA Y GRACIA DEL ESPÍRITU SANTO: NACIÓ DE SANTA MARÍA VIRGEN? – El tercer artículo del Credo nos enseña que el Hijo de Dios tomó cuerpo y alma, como tenemos nosotros, en las purísimas entrañas de María Virgen, por obra del Espíritu Santo, y que nació de esta Virgen.95.¿De qué manera vino a ser María Madre de Jesucristo? – María vino a ser Madre de Jesucristo únicamente por obra y gracia del Espíritu Santo.
- Teofilacto
Aprendamos, pues, en estas palabras: «Que el Verbo se ha hecho carne», que el mismo Verbo es hombre, y existiendo Hijo de Dios se ha hecho hijo de una mujer, la que especialmente se llama Madre de Dios porque engendró a Dios en su carne.
El Dogma de la Inmaculada Concepción establece que María fue concebida sin mancha de pecado original. El dogma fue proclamado por el Papa Pío IX, el 8 de diciembre de 1854, en la Bula Ineffabilis Deus.
Declaramos, pronunciamos y definimos que la doctrina que sostiene que la Santísima Virgen María, en el primer instante de su concepción, fue por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente en previsión de los méritos de Cristo Jesús, Salvador del genero humano, preservada inmune de toda mancha de culpa original, ha sido revelada por Dios, por tanto, debe ser firme y constantemente creída por todos los fieles.
La Virgen María fue dogmáticamente proclamada Theotokos ( Madre de Dios) en el Concilio de Efeso. 431A.D
Concilio de Éfeso:
««…habiendo unido consigo el Verbo, según hipóstasis o persona, la carne animada de alma racional, se hizo hombre de modo inefable e incomprensible y fue llamado hijo del hombre, no por sola voluntad o complacencia, pero tampoco por la asunción de la persona sola, y que las naturalezas que se juntan en verdadera unidad son distintas, pero que de ambas resulta un solo Cristo e Hijo; no como si la diferencia de las naturalezas se destruyera por la unión, sino porque la divinidad y la humanidad constituyen más bien para nosotros un solo Señor y Cristo e Hijo por la concurrencia inefable y misteriosa en la unidad… Porque no nació primeramente un hombre vulgar, de la santa Virgen, y luego descendió sobre ÉL el Verbo; sino que, unido desde el seno materno, se dice que se somatizó a nacimiento carnal… De esta manera [los Santos Padres] no tuvieron inconveniente en llamar madre de Dios a la santa Virgen»» (Dz 111)
El Concilio de Calcedonia en el año 451 declaró:
««Ha de confesarse a uno solo y el mismo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, el mismo perfecto en la divinidad y el mismo perfecto en la humanidad, Dios verdaderamente, y el mismo verdaderamente hombre de alma racional y de cuerpo, consustancial con el Padre en cuanto a la divinidad, y el mismo consustancial con nosotros en cuanto a la humanidad, semejante en todo a nosotros, menos en el pecado (Hebr. 4, 15); engendrado del Padre antes de los siglos en cuanto a la divinidad, y el mismo, en los últimos días, por nosotros y por nuestra salivación, engendrado de María Virgen, madre de Dios, en cuanto a la humanidad; que se ha de reconocer a uno solo y el mismo Cristo Hijo Señor unigénito en dos naturalezas, sin confusión, sin cambio, sin división, sin separación, en modo alguno borrada la diferencia de naturalezas por causa de la unión, sino conservando, más bien, cada naturaleza su propiedad y concurriendo en una sola persona y en una sola hipóstasis, no partido o dividido en dos personas, sino uno solo y el mismo Hijo unigénito, Dios Verbo Señor Jesucristo…»» (Dz 148).
- Teofilacto (Catena Aurea Lc 1,5):
Queriendo demostrar que era legalmente de raza sacerdotal, añade: «Y su mujer era de las hijas de Aarón, y el nombre de ella Isabel»; pues no se permitía tomar mujer de otra tribu sino de la propia. Isabel quiere decir descanso y Zacarías recuerdo del Señor.
- Beda, in homilia de Fest. Annunt
Digno principio de la restauración humana ha sido que se enviare por Dios un Angel a la Virgen, que había de ser consagrada con un parto divino. Porque la primera causa de la perdición humana fue que la serpiente fuese enviada a la mujer por el espíritu de la soberbia. De aquí se sigue, que el Angel fue enviado a una virgen.
- San Agustín, de sancta virginitate, 5
Sólo la virginidad pudo decentemente dar a luz a Aquel que en su nacimiento no pudo tener igual. Convenía, pues, que nuestro Redentor naciese, según la carne, de una Virgen por medio de un milagro insigne para dar a entender que sus miembros debían nacer de la Iglesia virgen, según el espíritu.
- San Jerónimo
Con razón se envía un ángel a la Virgen, porque la virginidad es afín de los ángeles. Y ciertamente, vivir en carne fuera de la carne, no es una vida terrestre, sino celestial.
- Griego
La Virgen encontró gracia delante de Dios porque, adornando su propia alma con el brillo de la pureza, preparó al Señor una habitación agradable. Y no sólo conservó inviolable la virginidad, sino que también custodió su conciencia inmaculada.
- Severo de Antioquía
Dice: «concebirás en tu seno» para demostrar que el Señor toma carne del mismo seno virginal y de nuestra sustancia. Vino, pues, el Verbo Divino a limpiar la naturaleza humana, el parto y el origen de nuestra generación. Por eso, sin pecado y sin concurso de hombre, es concebido en carne y llevado en el vientre nueve meses como nosotros.
- Beda
Si examinamos detenidamente las palabras de la ley, hallaremos ciertamente que la misma Madre de Dios, como no había concebido por obra de varón, no estaba obligada al precepto legal. Porque no era considerada como inmunda toda mujer que alumbrase, sino sólo aquélla que alumbrase por obra de varón, por lo cual se distinguía aquella que había concebido y dado a luz siendo virgen. Pero, para que nosotros nos viésemos libres del yugo de la ley, María, como Cristo, se sometió espontáneamente a ella.
- Tito Bostrense
Por eso dice claramente el evangelista que se cumplió el tiempo de la purificación, según la ley. Y en verdad que no tenía necesidad la Santísima Virgen de esperar los días de su purificación, porque, habiendo concebido por obra del Espíritu Santo, se vio libre de toda mancha.
- San Gregorio Niseno, in homilia de occursu Domini
En sentido espiritual, éste es el sólo parto masculino que ha ocurrido, puesto que no participó de la culpa femenina, por cuya razón se llama con verdad santo. Así el arcángel Gabriel (como recordando que esta disposición solamente se refiere a él) decía: «El fruto santo que de ti nacerá será llamado Hijo de Dios«. Y por lo que hace a los demás primogénitos, la prudencia evangélica ha establecido que sean llamados santos, porque su ofrenda a Dios los hace dignos de este nombre. Pero para el primogénito de toda criatura, el Angel proclama que nace santo como siéndolo por sí mismo.
- San Ambrosio, in Lucam, 1, 2
Solamente Jesús, Nuestro Señor, es santo entre todos los nacidos de mujer, puesto que no experimentó en su inmaculado nacimiento las consecuencias del contagio humano que rechazó por su majestad celestial. Porque si seguimos el sentido de la letra ¿cómo podremos decir que es santo todo hombre, cuando sabemos que muchos han sido malvados? Pero El es aquel santo a quien señalaban los piadosos preceptos de la ley divina en la figura del futuro misterio; porque El es el que solo debía abrir el seno misterioso de la santa y virgen Iglesia, para engendrar a los pueblos..
- Genadio, de ecclesiasticis dogmatibus, 10,2
El Hijo de Dios nació del hombre -es decir, de María-, pero no por hombre -esto es, por obra de varón-, como Ebión afirma. Por eso el evangelista añade con marcada intención: «De la que nació Jesús».
1 Juan 3:5 Y sabéis que él se manifestó para quitar los pecados y en él no hay pecado.
QUE DIOS TE REPRENDA BERGOGLIO Y QUE TE CASTIGUE PRONTO POR TUS MÚLTIPLES BLASFEMIAS.
2º Mandamiento: «No tomarás en falso el nombre del Señor tu Dios» (Ex 20, 7; Dt 5, 11).”
Bergoglio de Dios nadie se burla !!!!!!!
“No dejará Yahvé sin castigo al que tomare en vano su nombre” (Ex,20,7: Eclo, 2,10)
“Si soportar las injurias que nos alcanzan personalmente (y respetar a las personas que las profieren) es un acto virtuoso, soportar las que atañen a Dios es el colmo de la impiedad” (Santo Tomás de Aquino)
Hebreos 9:14 ¡Cuánto más la sangre de Cristo, que por el Espíritu Eterno se ofreció a sí mismo sin tacha a Dios, purificará de las obras muertas nuestra conciencia para rendir culto a Dios vivo!
Hermanos para profundizar sobre la genealogía de Jesús según la LEY de San Mateo, les recomiendo que lean la Catena Aurea. San Lucas describe una genealogía según el Bautismo de manera ascendente después del Bautismo porque Jesús nació sin pecado original porque es el Cordero de Dios sin mancha quita el pecado del mundo.
Aquí les comparto algunos puntos que me parecen importante señalar.
Catena Aurea Santo Tomás de Aquino:
- Teofilacto
Era también conveniente que desapareciese el culto de muchos dioses por medio de Jesucristo, y que sólo fuese adorado el único Dios.
Lucas 3:23 Y el mismo Jesús comenzaba a ser como de treinta años; hijo, según se creía, de José, que lo fue de Helí.
- Orígenes, in Lucam, 28 (Catena Aurea Lucas 3:23)
Después de haber dicho que el Señor fue bautizado, expone su genealogía, no descendiendo de los superiores a los inferiores, sino subiendo desde Jesucristo hasta Dios; por lo que dice: «Y el mismo Jesús comenzaba», etc. Se dice que empezó entonces, cuando fue bautizado y recibió el misterio de la segunda generación, a fin de que tú destruyas también la primera natividad, y nazcas en la segunda generación.
- San Eusebio Cesarea, Historia Ecclesiastica, 1,6:
San Mateo, como empieza su Evangelio escribiendo desde antes de la concepción de María y el nacimiento de Jesús según la carne, pone desde luego antes, como en toda historia, la genealogía según la carne, además sigue la genealogía descendiendo de los mayores, porque el Verbo de Dios, al tomar carne, descendía. San Lucas, por el contrario, parte de la regeneración por el Bautismo, y recorre otra sucesión de mayores, subiendo de los últimos a los primeros; omite los pecadores que San Mateo había nombrado (porque todo el que renace en Dios se hace extraño a sus mayores culpables, para ser hijo de Dios), y menciona a aquellos que habían vivido honestamente según Dios. Así se dice a Abraham: «Tú marcharás a tus padres» ( Gén 15,15), no a tus padres según la carne, sino a tus padres en Dios, por la semejanza de su bondad. Así atribuye al que nace en Dios los mayores que son padres según Dios por la conformidad de la vida.
- San Ambrosio
¿Qué cosa más bella pudo acordar que empezar la santa genealogía por el Hijo de Dios y conducirla hasta el hijo de Dios? Creado primero en figura, nace después en verdad; hecho antes a su imagen, desciende por El la imagen de Dios a la tierra. También creyó San Lucas que debía referir el origen de Cristo a Dios, porque Dios es el verdadero generador de Cristo, o porque es su Padre, según la verdadera genealogía, o porque, según la regeneración del bautismo, El es el autor del don místico; y por eso no escribió desde luego su genealogía, sino después de haber explicado su bautismo, para mostrarlo Hijo de Dios (según la naturaleza y según la gracia). Además, ¿qué signo más evidente de su divina generación que esto, que hace decir al Padre, antes de escribir su genealogía: «Tú eres mi Hijo amado»?
- Teofilacto
Termina también la genealogía en Dios, para que sepamos que Cristo elevará a los padres intermediarios hasta Dios y los hará sus hijos; y para que igualmente se creyese que la generación de Cristo se verificó sin concurso de hombre, como si dijese: Si no creéis que el segundo Adán fue formado sin cooperación de hombre, venid al primer Adán, y hallaréis que Dios le formó de la tierra.
- San Agustín, de cons. Evang., lib. 2, cap. 4
San Mateo quiso representar al Señor descendiendo a nuestra mortalidad, por eso refiere las generaciones, en el principio de su Evangelio, descendiendo desde Abraham hasta Cristo. San Lucas, por el contrario, no cuenta las generaciones desde el principio, sino desde el bautismo de Cristo; y no descendiendo, sino ascendiendo. En fin, para designar mejor al Pontífice que ha de borrar los pecados, parte del lugar en que San Juan da testimonio, diciendo: «He aquí el que quita los pecados del mundo» ( Jn 1,29), y subiendo llega hasta Dios, con quien, limpios y purificados, nos reconciliamos.
- San Agustín, de quaest. Evang., lib. 2, quaest. 6
Muy convenientemente San Lucas, comenzando desde el bautismo del Señor, cuenta setenta y siete personas, ascendiendo en su genealogía; pues así expresó nuestra ascensión hacia Dios, con quien nos reconciliamos por la remisión de los pecados, porque el bautismo remite todos los pecados que se significan por ese número. En efecto, once veces siete son setenta y siete. En el número diez está la perfección de la bienaventuranza; de donde es claro que la trasgresión de la decena representa el pecado, que por soberbia desea tener más. El número siete veces significa que esta trasgresión viene de la acción del hombre, porque el número tres significa la parte inmaterial del hombre, y el número cuatro el cuerpo. Sin embargo, la acción no se expresa en los números, cuando decimos uno, dos, tres, sino cuando decimos una vez, dos veces, tres veces; y así once veces siete expresa que la trasgresión viene de la acción del hombre.
- San Agustín, de consensu evangelistarum, 2,4
Con razón San Lucas, exponiendo la generación de Jesucristo -no desde el principio del Evangelio, sino desde el bautismo de éste- y presentándonoslo como el sacerdote en la expiación de nuestros pecados, se encargó de narrar su origen por la adopción legal, porque por la adopción nos convertimos en hijos de Dios, creyendo en el Hijo de Dios. Mas por la generación carnal que San Mateo refiere, el Hijo de Dios se nos muestra más bien como hecho hombre por nosotros. Por lo demás, bastante da a entender San Lucas al llamar a José hijo de Helí por adopción, como llama a Adán hijo de Dios, en el sentido de que por la gracia que después pecando perdió, Dios lo había constituido como hijo en el paraíso.
- San Agustín, de questiones Novi et Veteri Testamenti, 2,3
Es muy probable que San Lucas haya contado el origen de adopción, porque no quiso decir que José había sido engendrado por aquel de quien había dicho que era hijo. Más fácilmente se dijo hijo de aquel por quien había sido adoptado, que se diría engendrado por aquél, de cuya carne no había nacido. Cuando dice San Mateo: «Abraham engendró a Isaac, Isaac engendró a Jacob» ( Mt 1,2), y continuando con esta palabra engendró, hasta que dice el último: «Jacob engendró a José» ( Mt 1,16), claramente expresa que habla de aquella paternidad y de aquel origen, por el cual José fue engendrado, no adoptado. Y aun cuando San Lucas hubiese dicho que San José descendía de Helí, ni aun así debe turbarnos la frase, porque puede muy bien decirse que el que adopta un hijo lo engendra, no con la carne, sino con la caridad. Con razón San Lucas tomó el origen según la adopción, porque creyendo en el Hijo de Dios, nos hacemos hijos de Dios por adopción, mientras que por la generación carnal el Hijo de Dios se hizo Hijo del hombre por nosotros.
- San Juan Crisóstomo, in epistula ad Romam, 31
Como esta parte de Evangelio se compone de una serie de nombres, creen algunos que ninguna enseñanza preciosa se encuentra en ella. Para no caer en error, profundicemos el pasaje, porque de esos nombres se puede sacar un rico tesoro, puesto que son el emblema de muchas cosas; pues recuerdan la divina clemencia y las acciones de gracias de las mujeres, que, después de haber impetrado hijos, les imponían el nombre del don que habían recibido.
- San Ambrosio
Natán es el símbolo de la dignidad profética. Así vemos prefigurados los diversos géneros de virtudes en cada uno de los mayores de Jesucristo, el cual las reúne todas.Sigue: «Que fue de David».
- Orígenes, in Lucam, 28
El Señor, descendiendo al mundo, aceptó la condición (humana) de todos los pecadores, y quiso nacer de la estirpe de Salomón (como refiere San Mateo), cuyos pecados están escritos, y de los otros, de los cuales muchos obraron mal delante de Dios. Mas cuando asciende del bautismo, después de su segundo nacimiento (como refiere San Lucas), no nace por Salomón sino por Natán, el cual arguye al padre sobre la muerte de Urías y el nacimiento de Salomón.
- San Ambrosio
El nombre del justo Noé no debía omitirse en las genealogías del Señor, a fin de que, desde su nacimiento, se viese que el fundador de la Iglesia había antes enviado un mayor de su raza para fundarla bajo la figura del arca. Que fue de Lamech.
- San Ambrosio
Seth, último hijo de Adán, se nombra para significar (en figura) las dos generaciones de pueblo, y que Cristo debe contarse en la segunda generación más bien que en la primera.Prosigue: «Que fue de Adam».
- San Agustín, de quaestiones Novi et Veteri Testamenti, 56
O de otro modo, Mateo desciende a José de David por Salomón. Por el contrario, Lucas parte de Helí, que vivió en tiempo del Salvador, y sube por la descendencia de Natán hijo de David, y junta en una misma tribu a Helí y José, manifestando que uno y otro proceden de un mismo origen; y que así el Salvador es hijo no solamente de José, sino también de Helí. Por la misma razón que el Salvador se dice hijo de José, también se dice que es hijo de Helí y de todos los demás que pertenecen a la misma tribu. De aquí que dice el apóstol: «Cuyos padres, y de quienes es Cristo según la carne» ( Rom 9,15).
- Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum super Matthaeum, hom. 1
He creído superfluo exponer cómo Booz tomó por mujer a una moabita, Rut, sabiendo todos lo que la Escritura dice sobre éstos (en el libro de Rut). Sólo diré que Rut, en premio de su fe, se casó con Booz, porque renegó de los dioses de sus padres y adoró al Dios vivo. Booz, recompensando esta fe, la recibió por mujer para que de tal unión santificada naciese la descendencia real. San Ambrosio, in Lucam, 3 ¿Cómo Rut, extranjera, se casó con un judío, y qué razón tuvo el evangelista para creer que debía mencionar en la genealogía de Cristo esta unión prohibida textualmente por la ley? Parece deshonroso que el Salvador procediera de una generación ilegítima, a no ser que acudamos a la sentencia del Apóstol: «Que la ley no fue puesta para el justo, sino para los injustos» (1 Tim 19). Rut, extranjera y moabita, a pesar de la ley de Moisés, que prohibía tales enlaces y que excluía a los moabitas del pueblo de Dios, entró a formar parte de ese pueblo porque la santidad y pureza de sus obras la colocaron sobre la ley misma. Pasó por encima de la ley y mereció ser contada entre los ascendientes del Señor, elegida por el parentesco del espíritu, no de la carne. Gran ejemplo tenemos en Rut, pues en ella estamos prefigurados todos nosotros que hemos entrado en la Iglesia del Señor, recogidos de entre los gentiles.
- Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum super Matthaeum, hom. 1
Mas porque la prudencia impía de los judíos negaba que Jesús fuese de la descendencia de David, por eso el evangelista añade: «Hijo de David, hijo de Abraham». Pero, ¿no basta decir hijo de sólo Abraham o de sólo David? No, porque a ambos fue hecha la promesa de que de ellos había de nacer Cristo: a Abraham en el Génesis: «Y en tu semilla serán bendecidas todas las naciones de la tierra» ( Gén 22,18); a David en el Salmo: «Del fruto de tu vientre pondré sobre tu trono» ( Sal 131). Por eso lo llamó hijo de ambos, para demostrar que las promesas hechas a ambos se habían cumplido en Cristo, y además porque Cristo había de tener tres dignidades: rey, profeta y sacerdote. Abraham fue profeta y sacerdote; sacerdote, como le dijo Dios en el Génesis: «Toma para mí una vaca de tres años» ( Gén 15,9); y profeta, según lo que el Señor dice de él al rey Abimelek en el Génesis: «Es Profeta y rogará por ti» ( Gén 20,7). David fue rey y profeta, pero no sacerdote. Cristo fue, pues, llamado hijo de ambos, para que la triple dignidad de ambos se reconociese en él por derecho de nacimiento.
- San Ambrosio, in Lucam, c. 3
Por eso también eligió dos autores del linaje de Cristo; uno que había recibido la promesa de la congregación de todos los pueblos, otro que había obtenido que se le comunicara la predicción de que de él nacería Cristo. Y así, aunque sea posterior en el orden de la descendencia, ha sido nombrado primero, porque es más haber recibido la promesa acerca de Cristo que aquélla acerca de la Iglesia, la misma que existe por Cristo, puesto que el que salva es de condición más excelente que lo salvado.
- Beda
Así como el Hijo de Dios, viniendo en carne mortal, nace de una Virgen, dando a entender cuánto le agrada la virtud de la virginidad, así también viniendo al mundo en tiempo de paz enseña a buscarla, dignándose visitar a los que la aman.
- Beda
Pero el Señor no dejará de ser concebido en Nazaret, ni de nacer en Belén hasta la consumación de los siglos, porque cada uno de aquellos que recibiere la flor de su palabra será convertido en habitación del pan eterno, siendo concebido cada día por la fe en el seno virginal, esto es, en el corazón de los creyentes y engendrado por el bautismo.
- Beda
También es unigénito, según la divinidad; primogénito, según la acepción humana. Primogénito, según la gracia, y unigénito, según la naturaleza.
- Crisóstomo, ut sup
Para que por aquello que se ha dicho: «Que el Verbo se ha hecho carne», no se sospeche inconvenientemente que ha habido una conversión (o mutación) de aquella naturaleza incorruptible, añade: «Y habitó entre nosotros». Lo que habita no es lo mismo que la habitación, sino una cosa diferente. Digo una cosa diferente por su naturaleza. Pero por la unión o por la conjunción, resulta una sola cosa: Dios Verbo carne, no porque se haya verificado una mezcla, ni porque haya habido destrucción de sustancias.
- Crisóstomo, in Ioannem, hom. 11
Habiendo dicho el Evangelista que fuimos hechos hijos de Dios, y no por otra razón más que porque el Verbo se haya hecho carne, otra vez nos habla del mismo. Cita luego una nueva gracia: «Y vimos la gloria de El», al cual no hubiésemos podido verlo sino por la unión suya con nuestra humanidad. Si la vista de Moisés no pudo resistir el ver la gloria de Dios, sino que necesitó de un velo, ¿cómo podríamos nosotros tolerar la visión de la divinidad desnuda, existiendo como inaccesible aun para las virtudes más elevadas, siendo, como somos, polvo y barro de la tierra?
- San Agustín, contra Faustum, 13,9
Nosotros, pues, creemos que también María fue de la estirpe de David, porque creemos a las Escrituras, que dicen que Cristo es del linaje de David según la carne (Rom 1,3), así como que María que fue su Madre, no por cohabitación con varón, sino permaneciendo siempre virgen ( Mt 1,18; Lc 1,34-35).
- San Jerónimo
Pero preguntará el lector diligente: No siendo José padre del Salvador, ¿qué puede interesar la genealogía continuada hasta José? Responderé a este reparo, que no es costumbre de la Escritura insertar la sucesión de las mujeres en las genealogías. Además, José y María fueron de la misma tribu, por lo que según la ley estaba obligado a tomarla como parienta, y ambos son empadronados juntos en Belén, como descendientes que eran de una misma estirpe.
- San Agustín, de nuptiis et concupiscentia, 1,11
La genealogía tuvo que ser continuada hasta José para que en aquel singular matrimonio no quedase rebajada la preeminencia de su sexo, sin perjudicar por eso a la verdad, puesto que tanto José como María eran de la estirpe de David.
- San Agustín, in Ioannem, tract.2
Y como el Verbo se ha hecho carne y ha habitado entre nosotros, ha hecho por medio de su nacimiento una especie de colirio, para que purificados los ojos de nuestra alma podamos ver su majestad por medio de su humanidad. Por esto se dice: «Y vimos la gloria de El». Ninguno puede ver su gloria si no se purifica con la humildad de la carne. Había caído sobre los ojos del hombre polvo que procedía de la tierra, enfermo el hombre de los ojos, se le envía tierra a ellos para que sane. La carne le había cegado, y la carne le cura; el alma se había hecho carnal, entregándose a los afectos carnales; de aquí que el ojo del alma quedó ciego. El médico hizo el colirio para curarle y así vino a destruir las enfermedades de la carne por medio de la carne. Por lo tanto el Verbo se ha hecho carne para que podamos decir: «Y vimos la gloria de El».
- Beda
Después de treinta y tres días de su circuncisión, es presentado al Señor, dando a entender de una manera mística que ninguno, si no está circuncidado de sus vicios, es digno de presentarse delante de Dios, y que todo el que no esté libre de los nexos del cuerpo mortal, no puede disfrutar perfectamente de los goces de la ciudad eterna.
- Ambrosiaster, quaestiones Novi et Veteri Testamenti, q. 49
Lo que por el don sagrado concedía Dios a los que eran ungidos para ser reyes y sacerdotes, lo ha realizado el Espíritu Santo en el Hombre Cristo añadiendo una purificación, pues el Espíritu Santo purificó lo que de la Virgen María se formara para ser cuerpo del Salvador. Esta es la unción del cuerpo del Salvador, por esto se ha llamado Cristo.
- San Agustín, de consensu evangelistarum, 2,1
No era lícito, sin embargo, que José creyese que debía separarse por eso de la compañía de María, porque Ella no dio a luz a Jesucristo por haber cohabitado con él, sino permaneciendo siempre Virgen. Este ejemplo dice con gran elocuencia a los casados, que aun cuando por común consentimiento guarden continencia, puede permanecer el vínculo del matrimonio, no por la mezcla corporal de los sexos, sino por la unión de los corazones, tanto más cuanto que a José y a María pudo nacerles un hijo sin relación carnal.
«El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él» (Jn. 16, 56)
“Dad a Yahvé la gloria debida a su nombre”
(Salmo 39,2).
PROFESIÓN DE LA FE CATÓLICA
Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre.
Catecismo 460 El Verbo se encarnó para hacernos «partícipes de la naturaleza divina» (2 P 1, 4): «Porque tal es la razón por la que el Verbo se hizo hombre, y el Hijo de Dios, Hijo del hombre: Para que el hombre al entrar en comunión con el Verbo y al recibir así la filiación divina, se convirtiera en hijo de Dios» (S. Ireneo, haer., 3, 19, 1). «Porque el Hijo de Dios se hizo hombre para hacernos Dios» (S. Atanasio, Inc., 54, 3). «Unigenitus Dei Filius, suae divinitatis volens nos esse participes, naturam nostram assumpsit, ut homines deos faceret factus homo» («El Hijo Unigénito de Dios, queriendo hacernos participantes de su divinidad, asumió nuestra naturaleza, para que, habiéndose hecho hombre, hiciera dioses a los hombres») (Santo Tomás de A., opusc 57 in festo Corp. Chr., 1).
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Catecismo 463 La fe en la verdadera encarnación del Hijo de Dios es el signo distintivo de la fe cristiana: «Podréis conocer en esto el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa a Jesucristo, venido en carne, es de Dios» (1 Jn 4, 2). Esa es la alegre convicción de la Iglesia desde sus comienzos cuando canta «el gran misterio de la piedad»: «El ha sido manifestado en la carne» (1 Tm 3, 16).
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1 Corintios 12:3
Por eso os hago saber que nadie, hablando con el Espíritu de Dios, puede decir: «¡Anatema es Jesús!»; y nadie puede decir: «¡Jesús es Señor!» sino con el Espíritu Santo.
1 Corintios 12:3
Por eso, ahora quiero que sepan que nadie puede decir: «¡Maldito sea Jesús!», si está hablando por el poder del Espíritu de Dios. Y tampoco puede decir nadie: «¡Jesús es Señor!», si no está hablando por el poder del Espíritu Santo.
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