El excelente periodista Marco Tosatti ha enumerado en su blog cuatro ejemplos en los que el Papa Francisco palpablemente ha mentido en público. Tosatti dice que esto es – cito – “al menos para mí, un motivo de gran tristeza.”
El caso más reciente es cuando el Papa Francisco comentó sobre la pregunta de si el Obispo Barros de Osorno sabía sobre los abusos homosexuales del padre chileno Fernando Karadima. Francisco dijo que los posibles testigos no aparecieron mientras visitaba Chile. Pero según Tosatti, los testigos habían pedido conocer a Francisco pero no los recibió, y se reunió con otras presuntas víctimas.
Tosatti recuerda otro caso cuando el Papa Francisco afirmó que no ha despedido a nadie sin haber escuchado a la persona. Sin embargo, cuando el difunto Obispo Rogelio Livieres Plano de Ciudad del Este, Paraguay, fue removido de su puesto, pasó dos semanas en Roma pidiendo una reunión con Francisco. Sus esfuerzos fueron en vano.
Tosatti luego recuerda cuando Francisco despidió a tres colaboradores de la Congregación para la Doctrina de la Fe, contra la voluntad del entonces prefecto cardenal Müller. Cuando se le preguntó sobre el caso, Francisco respondió refiriéndose a uno de ellos: «Sí, el director de la oficina disciplinaria de la Congregación para la Doctrina de la Fe ha cambiado, era excelente pero estaba un poco cansado y regresó a su país para hacer el el mismo trabajo para los obispos allí. «Pero Tosatti dice que este monseñor no estaba cansado ni deseaba regresar a su país.
Otra mentira Francisco le dijo al cardenal Müller cuando lo despidió con la excusa de que no quería mantener a nadie en ninguna función más de cinco años. Desde entonces, Francisco muchas veces ha roto esta supuesta nueva regla, especialmente para prolongar el servicio de los prelados liberales y anticatólicos.
Apocalipsis 21:8
Pero en cuanto a los cobardes, los incrédulos, los odiosos, los asesinos, los que cometen inmoralidades sexuales, los que practican la brujería, los que adoran ídolos, y todos los mentirosos, a ellos les tocará ir al lago de azufre ardiente, que es la segunda muerte.»
Enraizados en Cristo 
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