San Ambrosio
«Incluso los herejes parecen poseer a Cristo, ya que ninguno de ellos niega el nombre de Cristo. Aun así, cualquiera que no confiesa todo lo que pertenece a Cristo, de hecho niega a Cristo».
San Ambrosio contradice la herejía judaizante que profesa el heresiarca Bergoglio
San Ambrosio juzgan la idea de vigencia de la Antigua Alianza que tiene Bergoglio
Cristo reprobó la Sinagoga
La infidelidad de la Sinagoga es un insulto al Salvador. Por eso Él [Cristo] eligió la barca de Pedro, y abandonó la de Moisés, es decir, Él reprobó a la sinagoga infiel, y adoptó la Iglesia creyente. (San Ambrosio de Milán. Sermones Diversos, De mirabilis, Sermo 37, n. 3)
San Ambrosio
El hermano mayor, que era el pueblo de Israel, tuvo envidia del hijo menor (esto es, del pueblo gentil), por el beneficio de la bendición paterna, lo mismo que los judíos cuando Jesucristo comía con los gentiles. Prosigue: «El entonces se indignó y no quería entrar», etc.
San Ambrosio
Si deja de tener envidia, verá que todo es suyo y porque como judío tendrá los sacramentos del Antiguo Testamento y como bautizado los del Nuevo.
El pueblo judío pide un cabrito y el cristiano un cordero; por tanto, Barrabás es entregado a los primeros y el cordero es inmolado para nosotros. Lo cual parece que se da a conocer en el cabrito, porque los judíos habían perdido el rito del antiguo sacrificio y los que piden el cabrito esperan al Anticristo.
San Ambrosio, de Sacramentis 4,3
De aquí se desprende que los sacramentos de los cristianos son anteriores a los de los judíos, porque Melchisedec ofreció el pan y el vino del mismo modo que el Hijo de Dios, a quien se dice en el Salmo: «Tú eres sacerdote eterno según el orden de Melchisedec» ( Sal 119,4). Refiriéndose a lo cual se dice aquí: «Tomó Jesús el pan».
San Ambrosio, de sacramentis 5,1
Y si Melchisedech ofreció pan y vino, ¿para qué aprovecha la mezcla del agua? Véase la razón: Moisés tocó la piedra, y de ésta brotó mucha agua; mas la piedra era Cristo. Y uno de los soldados hirió con su lanza el costado de Cristo, brotando de él agua y sangre; el agua para que lavase y la sangre para que redimiese.
“una casa de impiedad, un receptáculo de maldades, que Dios mismo había condenado” [6].
“Los judíos…tenéis como padre al Diablo, y queréis hacer los deseos de vuestro padre. Él es homicida desde el principio y no se mantuvo en la Verdad, porque la Verdad no estaba en él. Cuando habla la mentira, habla de lo suyo propio, porque es mentiroso y padre de la mentira” Jn. 8. 44
[6] Epístola IX al emperador Teodosio.


“Quien se cae del mismo suelo, dice san Ambrosio, no se suele hacer mucho daño, pero quien cae de lo alto no se dice que cae, sino que se precipita, y por eso la caída es mortal” San Alfonso Ma de Ligorio.
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