Famoso ambientalista se disculpa por impulsar el alarmismo climático

ambientalista pide perdon por alarmismo climatico

por INFOVATICANA | 18 julio, 2020
Michael ShellenbergerSe le ha llamado “gurú medioambiental”, “gurú del clima”, “el intelectual líder en Norteamérica sobre energía limpia” y “sumo sacerdote” del movimiento medioambiental gracias a sus escritos y las TED talks, que tienen más de cinco millones de visitas. El último libro de Michael Shellenberger, Apocalypse Never, ha causado una gran controversia. Publicamos a continuación sus ideas principales.

ambientalista se disculpa por el engano del alarmismo climaticoEn nombre de los ambientalistas del mundo entero, me gustaría pedir formalmente perdón por el miedo climático que hemos creado en estos últimos treinta años. El cambio climático está ocurriendo. Y no es el fin del mundo. Ni siquiera es nuestro problema medioambiental más serio.

Tal vez pueda parecer extraño que yo afirme esto. A fin de cuentas, he sido un activista climático durante veinte años y ambientalista durante treinta.

Sin embargo, como experto en energía al que el Congreso le ha pedido proporcionar un testimonio objetivo, y como invitado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC sus siglas en inglés) para actuar como revisor experto de su próximo Informe de Evaluación, me siento en la obligación de pedir disculpas por lo mucho que los ambientalistas hemos engañado al público.

Aquí detallo una serie de hechos que pocas personas conocen:

  • Los seres humanos noestán causando la “sexta extinción masiva”.
  • El Amazonas noes “el pulmón del mundo”.
  • El cambio climático noempeora los desastres naturales.
  • Desde 2003, los incendios han disminuido un 25% en todo el mundo.
  • La cantidad de tierra utilizada para la ganadería -el mayor uso de tierra llevado a cabo por la humanidad- hadisminuido en un total equivalente a la superficie ocupada por Alaska.
  • Es la acumulación de combustibles de madera y la construcción de viviendas cerca de los bosques -y noel cambio climático- la causa de que haya cada vez más incendios en Australia y California, y más peligrosos.
  • Las emisiones de carbono están disminuyendo en las naciones más ricas; en el caso de Gran Bretaña, Alemania y Francia disminuyen de manera constante desde mediados de los años 70.
  • Holanda se enriqueció, no se empobreció, cuando se adaptó a vivir por debajo del nivel del mar.
  • Producimos un 25% más de alimentos de los que necesitamos, y el excedente de alimentos seguirá aumentando con el calentamiento global.
  • La pérdida del hábitat y la caza directa de animales salvajes son, para las especies, una amenaza mayor que el cambio climático.
  • Los combustibles de madera son peores para las personas y la fauna que los combustibles fósiles.
  • La prevención de futuras pandemias exige más, y no menos, agricultura “industrial”.

Soy consciente de estos hechos pueden parecer “negacionismo climático” para muchos. Esto sólo demuestra el poder que tiene el alarmismo climático.

En realidad, estos hechos proceden de los mejores estudios científicos disponibles, incluyendo los realizados por o aceptados por el IPCC, la FAO, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN sus siglas en inglés) y otros importantes órganos científicos.

Algunas personas, al leer esto, creerán que soy un anti-ambientalista de derechas. Para nada. Cuando tenía 17 años viví en Nicaragua por solidaridad con la revolución socialista sandinista. A los 23 recaudé dinero para las cooperativas de mujeres de Guatemala. Cuando tenía unos veinte años viví en la Amazonia investigando con pequeños granjeros que luchaban contra la invasión de sus tierras. A los 26 ayudé a exponer las malas condiciones laborales de las empresas Nike de Asia.

Me convertí en un ambientalista a los 16 años, cuando lancé una recogida de fondos para la Rainforest Action Network. A los 27 ayudé a salvar el último bosque de secoyas sin protección, y el más antiguo, de California. Cuando tenía 30 defendí las renovables y conseguí convencer a la administración Obama que invirtiera 90 mil millones de dólares en ellas. En los últimos años he ayudado a salvar diversas plantas nucleares, impidiendo que fueran sustituidas por combustibles fósiles y evitando, así, un aumento drástico en las emisiones.

Pero hasta el año pasado siempre he intentado evitar hablar contra el miedo climático. En parte, porque me sentía avergonzado. Después de todo, soy tan culpable de alarmismo como cualquier otro ambientalista. Durante años, he hecho referencia al cambio climático como una amenaza “existencial” para la civilización humana, llamándolo “crisis”.

Sobre todo, tenía miedo. Callé ante la desinformación relacionada con el clima porque tenía miedo de perder amigos y fondos. En las pocas ocasiones en las que hice un llamamiento en defensa de la ciencia climática contra quienes la tergiversan, las consecuencias fueron muy duras para mí, por lo que decidí callar y no hacer nada mientras mis compañeros ambientalistas aterrorizaban a la gente.