Blasfemia: Bergoglio acusa a Dios de Injusto por la muerte de su Hijo en la Cruz .

Satanás es quien se opone a nuestra salvación,  sólo un demonio es capaz de semejante blasfemia. Y este es el mismo que se llena la boca para hablar de la falsa misericordia, esa que lleva a la condenación eterna, y es ese mismo  quien se atreve a acusar a Dios de Injusto, por la causa de nuestra redención. El masón Bergoglio es enemigo de la Cruz de Cristo.

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Apocalipsis 13:6 Con eso abrió su boca en blasfemias contra Dios, blasfemando de su nombre, y de su Tabernáculo, y de los que habitan en el cielo.

 

Bergoglio maliciosamente acusó  a Dios de injusto, al responder a una pregunta de una enfermera del Hospital Pediátrico Bambino Jesús de Roma, por qué sufren los niños?:

¿Es Dios injusto? Sí, fue injusto con su Hijo. Lo mandó a la cruz.

 

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San Agustín, sermones, 71,13
No hay diferencia entre las palabras: «La blasfemia del Espíritu no será perdonada», y las que pone San Lucas: «No será perdonado aquél que blasfemare contra el Espíritu Santo» ( Lc 12,10). Los dos Evangelios dicen lo mismo, con la sola diferencia de que el último lo pone en sentido más claro, y por consiguiente, no hace más que explicar al primero, mas no por eso lo destruye. En el primero se dice «el Espíritu y la blasfemia», sin indicar siquiera de quién es ese Espíritu de que se trata, y por eso, para mejor inteligencia, se añade: «Y cualquiera que dijere una palabra contra el Hijo del hombre», etc. Por lo tanto, después de haber condenado toda clase de blasfemias, habla de la blasfemia contra el Hijo del hombre, blasfemia que en el Evangelio de San Juan está presentada como un pecado gravísimo, cuando dice del Espíritu Santo: «El argüirá al mundo del pecado, de la justicia y del juicio; del pecado, porque no creen en Mí» ( Jn 16,8). Y sigue: «Y el que pecare contra el Espíritu Santo no será perdonado». No se dice esto porque en la Santísima Trinidad sea el Espíritu Santo mayor que el Hijo, error que jamás ha sostenido hereje alguno.
San Hilario, in Matthaeum, 12
¿Qué cosa hay tan imperdonable como el negar en Cristo lo que es de Dios y quitarle la sustancia del Espíritu de su Padre, habiendo El consumado todas sus obras en el Espíritu de Dios, y habiéndose reconciliado en El el mundo con Dios?
San Juan Crisóstomo, in Joanem hom 59
O es palabra de condescendencia, como queriendo decir: aun cuando no hubiese otro motivo, lo que me llevó a amaros es que vosotros de tal manera sois amados por mi Padre, que El me amaría porque doy mi vida por vosotros. Sin embargo, no es cierto que El no fuese antes amado por su Padre, ni que nosotros seamos la causa de este amor. El quiere demostrar que no subió al calvario contra su voluntad. Por eso añade: «No me la quita ninguno, mas yo la pongo por mí mismo».
San Juan Crisóstomo, ut supra
Como que ellos habían confabulado muchas veces para matarle, les dice que sin su voluntad todos sus esfuerzos serían estériles. Yo, les dice, tengo tal poder de librar mi alma, que nadie puede quitármela contra mi voluntad. Este poder no existe en los hombres, porque nosotros no tenemos poder de poner nuestra alma, sino matándonos a nosotros mismos, y sólo el Señor es quien tiene el poder de ponerla. De todo esto podemos deducir que cuando El quiere puede tomarla, y esto es lo que nos da a entender por estas palabras: «Y poder tengo para volverla a tomar»; demostración irrecusable de su resurrección. Pero para que al verlo sucumbir no pensasen que su Padre lo había abandonado, añade: «Este mandamiento recibí de mi Padre»; esto es, de poner mi alma y volverla a tomar. De donde podemos deducir que El no esperó esta orden ni tuvo necesidad de saberla, sino que manifestó su marcha voluntaria, y destruyó toda clase de sospecha de oposición por parte de su Padre.
Teófilacto
Este precepto no dice otra cosa que su concordia con su Padre.

La misma secuencia de blasfemias que sigue profiriendo el heresiarca Bergoglio:

Y cuando Jesús se queja—“Padre, ¿por qué me has abandonado!” (Mt 27, 46)—,¿blasfema? ¡Qué misterio!Muchas veces he oído a personas que están viviendo situaciones difíciles, dolorosas, que han perdido mucho o se sienten solas y abandonadas, y vienen a quejarse y hacen esta pregunta: ¿Por qué? ¿Por qué? Parece que se rebelan contra Dios.Y yo le digo: “Sigue rezando así, porque eso también es oración”, como era oración cuando Jesús dijo a su Padre: “¿Por qué me has abandonado?” (Blasfemias en la Casa Santa Marta, 30 de septiembre de 2014)

Bergoglio: “Jesús se hizo un poco el Idiota”. «violó la moral »

Y lo peor es que todavía quieran llamarse católicos, los que se obstinan en rendirle culto a un ídolo  y llamarle papa a un hereje, cuando el Magisterio de la Iglesia dictamina excomunión ipso facto para los que apoyan y dan crédito a los herejes. Los bergoglianos tienen como  papa a un falso cristo, que niega a Dios,  tienen a un ídolo que blasfema contra Dios y niega sus mandamientos, lo cual es apostasía e  idolatría.