Bergoglio tuerce nuevamente la Escritura, para acusar a San Juan el Bautista de dudar del Mesías.

Papa León XIII «No puede haber nada más peligroso que aquellos herejes que admiten casi todo el ciclo de la doctrina, y sin embargo, con una palabra, como con una gota de veneno, infectan la fe real y sencilla enseñada por nuestro Señor y transmitida por la tradición  apostólica.» -Auctor Tract, de Fide Ortodoxa contra Arianos.

El apóstata  Bergoglio  sigue torciendo  la Escritura,  dice frase incoherentes y  como una serpiente astuta, mezcla la verdad con la mentira, para acusar de dudar del Mesías al profeta, San Juan el Bautista. Bergoglio halaga la duda, cuando la que es una virtud es la fe y no la duda, es mas Jesús  reprendió a los que dudaron de él. La fe divina es una virtud teologal.  Precisamente San Juan el Bautista es un mártir porque murió dando  testimonio de la fe en Cristo.

Mártir: Quien es puesto a muerte por no renunciar a su fe o a sus principios cristianos.

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El heresiarca Bergoglio dijo:

Los grandes pueden dudar, y esto es hermoso. Están seguros de su vocación, pero cada vez que el Señor les hace ver una nueva calle del camino, entran en duda.«Pero esto no es ortodoxo, esto es herético, este no es el Mesías que esperaba» El diablo hace este trabajo, y algún amigo también ayuda, ¿no? Ésta es la grandeza de Juan, un grande, el último de esa serie de creyentes que comenzó con Abraham, aquel que predica la conversión, aquel que no usa medias palabras para condenar a los soberbios, aquel que al final de Su vida se le permite dudar. Y este es un buen programa de vida cristiana «. (Romereports.com 2016-12-15 )

Daniel 11:32. A los violadores de la Alianza los corromperá con halagos, pero el pueblo de los que conocen a su Dios se mantendrá firme y actuará.

Nadie sea osado en interpretar la Sagrada Escritura contra el sentir de la Iglesia:

Para reprimir los ingenios petulantes, [el Concilio] decreta que nadie, apoyado en su prudencia, sea osado a interpretar la Escritura Sagrada, en materias de fe y costumbres, que pertenecen a la edificación de la doctrina cristiana, retorciendo la misma Sagrada Escritura conforme al propio sentir, contra aquel sentido que sostuvo y sostiene la Santa Madre Iglesia, a quien atañe juzgar del verdadero sentido e interpretación de las Escrituras Santas, o también contra el unánime sentir de los Padres, aun cuando tales interpretaciones no hubieren de salir a luz en tiempo alguno.  (Denzinger-Hünermann 1507. Concilio de Trento, Sección IV, 8 de abril de 1546)

2 Pedro 3:16 Lo escribe también en todas las cartas cuando habla en ellas de esto. Aunque hay en ellas cosas difíciles de entender, que los ignorantes y los débiles interpretan torcidamente – como también las demás Escrituras – para su propia perdición.

Bergoglio es un hereje pertinaz que repite una y otra vez sus propias herejías.

 

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Jn 1,6-8

Hubo un hombre enviado de Dios que se llamaba Juan.

Este vino como testigo, para dar testimonio de la luz, a fin de que por medio de él todos creyesen.

No era él la luz, sino enviado para dar testimonio de aquel que era la luz.

San Jerónimo

  • Jesús da a conocer a la muchedumbre que Juan no dudaba de Él

“Bienaventurado es el que no se haya escandalizado de mí” (Mt 11,6), ¿cómo es que ahora Juan es objeto de tan grandes alabanzas? Pero como la muchedumbre que los rodeaba desconocía el secreto y creía que Juan dudaba de Cristo, a quien él mismo había presentado, para que entendieran que Juan no le había preguntado para sí, sino para sus discípulos, dice: ¿A qué habéis salido al desierto? ¿Acaso presamente para ver a un hombre semejante a una caña que se dobla en la dirección de cualquier viento y el cual, por la ligereza de su espíritu, dudaba de Aquel a quien antes había anunciado? (San Jerónimo. Comentario a Mateo. Libro II, [11,7])

San Juan Crisóstomo

  • Juan no dudó de Cristo. Ya había anunciado que Él era el Mesías, y quien viene a dar testimonio sobre otro, lo primero que necesita es ser digno de crédito

¿Eres tú el que viene o hemos de esperar a otro? ¿Cómo es esto que quien ya antes de los milagros conocía a Cristo, y lo sabía por el Espíritu Santo y lo había oído del Padre y lo había anunciado delante de todos, ahora envía a sus discípulos para informarse de si es El el que viene? Si tú, oh Juan, no sabías con certeza que es El el que viene ¿cómo quieres que se te dé fe cuando hablas y dictaminas sobre cosas que ignoras? El que viene a dar testimonio sobre otro, lo primero que necesita es que sea digno de crédito. Ahora bien, ¿no eres tú el que decía: No soy digno de soltar la correa de sus sandalias? ¿No dijiste: “Yo no lo conocía; pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: Sobre quien vieres descender el Espíritu Santo y posarse sobre él, ese es el que bautiza en el Espíritu Santo”? ¿Acaso no viste al Espíritu Santo en forma de paloma? ¿No oíste la voz? ¿No le impedías tú bautizarse diciéndole: “Yo soy quien debe ser bautizado por ti; y ¿tú vienes a mí?” ¿No les decías tú a tus discípulos: “Preciso es que El crezca y yo mengue”? ¿No enseñabas a todo el pueblo que Él es el que bautiza en Espíritu Santo y en fuego; y que El era el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo? ¿No lo predicaste tú antes de todos los milagros y maravillas? Entonces ¿cómo, pues, ahora, cuando es ya de todos conocido y su fama vuela por todas partes; cuando ya resucitaron los muertos, fueron ahuyentados los demonios y ha brillado en tan gran manera la fuerza de sus milagros, envías a tus discípulos para saber si es El? ¿Qué ha sucedido? ¿Acaso todas aquellas tus palabras eran sólo fraude y burla y fábula?Pero ¿quién que no esté loco podría afirmar tales cosas? (San Juan Crisóstomo. Homilía XXXVI, n.1)

San Ambrosio
-¿Como Juan Bautista podría dudar que Cristo era el Mesías si él mismo había indicado que Jesús era el Cordero de Dios?

Pero ¿cómo puede suceder que habiendo dicho ya (Jn 1,29): “Este es el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo”, dudase todavía si sería el Hijo de Dios?O era insolencia atribuirle una divinidad que ignoraba, o era perfidia dudar que fuese el Hijo de Dios. Algunos entienden de Juan que era tan gran profeta, que conocía a Cristo; y que no dudaba, como profeta, sino como vate piadoso, no creía que moriría el que había de venir. (San Ambrosio de Milán citado por Santo Tomás de Aquino. Catena Aurea, Lc 7,18)

San Cirilo de Alejandría

  • En vano caminaron al desierto en busca de Juan Bautista aquellos que creían que él era un hombre variable

Refiriéndose a San Juan: ¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una caña movida por el viento?” Como diciendo: Os habéis admirado del Bautista y habéis recorrido muchas veces las inmensas distancias del desierto para poder llegar a donde estaba él. En vano habéis hecho esto si habéis creído que era un hombre variable, que pueda compararse a una caña agitada por el viento, pues tal parece ser si dice por ligereza que ignora lo que ha conocido. (San Cirilo de Alejandría citado por Santo Tomás de Aquino. Catena Aurea, Lc 7,24-28)

El Bautista envió sus discípulos a Jesús para sanar las incertidumbres de ellos


San Juan Crisóstomo

  • Juan no envió a sus discípulos porque dudase, ni porque se hubiera vuelto tímido

Por todo esto se ve que no envió a sus discípulos porque dudase ni mandó preguntar porque ignorara. Ni se puede decir que sí lo conocía claramente, pero que la cárcel lo había vuelto tímido. Porque él ya no esperaba salir de la cárcel. Más aún: aun cuando lo hubiera esperado no habría traicionado la verdad, pues estaba dispuesto a sufrir mil muertes por ella. Si no hubiera tenido semejante disposición ante aquel pueblo siempre dispuesto a derramar sangre de profetas, no habría demostrado tan grande virtud; ni habría con tan grande libertad y en mitad de la ciudad y en plena plaza y oyéndolo todos, increpado como a un chiquillo al tirano cruel. Y si se había vuelto tímido ¿cómo es que no se avergonzó de enviar a sus discípulos ante aquellos delante de los cuales muchas veces y tan brillantemente había dado testimonio de Cristo, sino que manda preguntar por medio de ellos, cuando lo conveniente en el caso habría sido preguntar por medio de otros? (San Juan Crisóstomo. Homilía XXXVI, n.1)

San Ambrosio

  • Envió sus discípulos a Jesús para que fuesen instruidos por Él

San Juan envió sus discípulos al Señor para que concluyesen de instruirse, porque Jesucristo es la plenitud de la ley. Y puede decirse que estos dos discípulos son los dos pueblos, de los que uno es el judío que creyó, y otro el de los gentiles, que también creyó pero fue porque oyó. (San Ambrosio de Milán citado por Santo Tomás de Aquino. Catena Aurea, Lc 7,18-23)

San Agustín

  • Antes de morir, Juan quiso que Cristo confirmara a sus discípulos en la fe

Después que partieron ellos… Para evitar que, tal vez, alguien dijera: «Juan era antes bueno, pero el Espíritu de Dios lo abandonó», dijo estas cosas después de partir ellos; después que partieron los enviados por Juan, fue cuando Cristo alabó a Juan. […] como los discípulos de Juan estimaban tanto a su maestro Juan, oían el testimonio de Juan sobre Cristo y se quedaban maravillados; de ahí que, antes de morir, quiso que Cristo los confirmara.Sin duda, ellos comentaban entre sí: «éste (Juan) dice de él esas cosas realmente extraordinarias, pero él (Cristo) no las dice de sí mismo». Id y decidle, no porque yo dude, sino para instrucción vuestra. Id y decidle; lo que yo suelo deciros, oídselo a él; habéis oído al pregonero, oíd ahora la confirmación al juez. Id y decidle: ¿Eres tú el que vienes o tenemos que esperar a otro? Fueron y lo dijeron; pensando en ellos mismos, no en Juan. Y pensando en ellos dijo Cristo: Los ciegos ven, los sordos oyen, los leprosos quedan limpios, los muertos resucitan, a los pobres se les anuncia la buena noticia. Ya me veis, reconocedme. Veis los hechos, reconoced a su autor. Y bienaventurado quien no halle en mí motivo de escándalo . Y me refiero a vosotros, no a Juan. (San Agustín. Sermón 66)

San Hilario

  • Juan envió a sus discípulos para que comprobasen con sus propios ojos que Jesús era Cristo

Miró, pues, en esto Juan, no a su propia ignorancia, sino a la de sus discípulos y los envía a ver sus obras y sus milagros, a fin de que comprendan que no era distinto de Aquel a quien él les había predicado y para que la autoridad de sus palabras fuese revelada con las obras de Cristo y para que no esperasen otro Cristo distinto de Aquel de quien dan testimonio sus propias obras. (San Hilario. Homilía in Matthaeum, citado por Santo Tomás de Aquino. Catena Aurea in Mt 11,2-6)

  • No se puede creer que Juan dudó pues no se mezcla el error con la abundancia de su luz

Es indudable que él, como precursor, anunció que debía venir; que, como Profeta, le conoció como viviente; que, como confesor, le honró en su veniday es cierto que no se mezcla el error en él con la abundancia de su luz. Y ciertamente no se puede creer que le faltó a él en la cárcel la gracia del Espíritu Santo, puesto que el mismo Apóstol pudo dar para los que le acompañaban en la prisión, la luz de la virtud del Espíritu. (San Hilario. Homilía in Matthaeum 11, citado por Santo Tomás de Aquino. Catena Aurea in Mt 11,2-6)

Sin fe es imposible agradar a Dios […]”. Heb 11, 6.

La fe en Dios comporta tres dimensiones que San Agustín enunció con esta expresión:

«credere Deo, credere Deum, credere in Deum», creer en Dios, creer a Dios—aceptar todo lo que El ha revelado—y creer a Dios (San Agustín, Sermón 144).

 

Catecismo Mayor del Papa Pío  X:

179. ¿Por qué San Juan Bautista fue llamado Precursor de Jesucristo? – San Juan Bautista fue llamado Precursor de Jesucristo porque Dios le envió para anunciar a los judíos la venida de Jesucristo y para prepararlos a que lo recibiesen.

184. ¿Cuál fue el tenor de vida de San Juan Bautista? – San Juan Bautista, desde sus primeros años, se retiró al desierto, donde pasó la mayor parte de su vida, y juntó constantemente a la inocencia de costumbres la más austera penitencia.
185. ¿De qué modo murió San Juan Bautista? – San Juan Bautista fue degollado por orden de Herodes Antipas, por la santa libertad con que había reprendido la vida escandalosa de este príncipe.
186. ¿Qué hemos de imitar en San Juan Bautista? – En San Juan Bautista hemos de imitar: 1ª, el amor al retiro, a la humildad y a la mortificación; 2ª, el celo por hacer conocer y amar a Jesucristo; 3ª, su fidelidad con Dios, prefiriendo su gloria y la salvación del prójimo a los respetos humanos.