El apóstata Bergoglio felicita a Koch por apoyar al heresiarca Lutero.

Bergoglio arrodillando ante la herejía.

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Bergoglio felicitó a Koch “por su artículo en L’Osservatore”, el periódico oficial del Vaticano, para conmemorar el quinto centenario de la «Reforma Protestante», en el que afirma que  en el Concilio Vaticano II,   el heresiarca Martín Lutero habría «encontrado su propio Concilio». Y que el concilio habría apelado a él en el tiempo en que vivió.

Koch le llama a esta era de apostasía “era ecuménica”.

Estas expresiones, confesionalmente parciales y polémicas, que de parte de los católicos exacerbaban el rechazo de Lutero y su reforma, ya no son posibles en una era ecuménica. En una era ecuménica existe como regla general una participación conjunta en la vida de los otros, en la alegría y en el sufrimiento…

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La herejía de Bergoglio esta cada vez mas clara, esto quiere decir que la secta de Bergoglio se unen a la herejía luterana y  rechazan la doctrina  del concilio infalible de Trento, abandonando  con ello  a la Iglesia católica. Sobre Bergoglio pesa esta nueva excomunión ipso facto por apoyar al heresiarca Martín  Lutero.

El papa León X decretó la excomunión de Martín Lutero (bula Exsurge Domine), ratificando la excomunión a Lutero, bajo “anatema” a él y a sus seguidores.

En el Concilio de Trento: Treinta y tres cánones condenaron los errores protestantes sobre la justificación.

Magisterio de la Iglesia católica decreta: Excomunión ipso facto para los que favorezcan a herejes o cismáticos.

El Padre Pío sostuvo que Lutero estaba condenado en el Infierno.

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Apóstata Kurt Koch y la herética luterana Antje Jackelén

Efesios 4, 5: “Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo”.

Es necesario la unidad en la doctrina para estar unidos a Jesucristo.

Catecismo Mayor Papa Pío X

6º.- De los que están fuera de la Iglesia

225.- ¿Quiénes son los que no pertenecen a la comunión de los Santos? – No pertenecen a la comunión de los santos en la otra vida los condenados, y en ésta, los que están fuera de la verdadera Iglesia.

226.- ¿Quiénes están fuera de la verdadera Iglesia? – Está fuera de la verdadera Iglesia los infieles, los judíos, los herejes, los apóstatas, los cismáticos y los excomulgados.

229.- ¿Quiénes son los herejes? – Herejes son los bautizados que rehúsan con pertinacia creer alguna verdad revelada por Dios y enseñada como de fe por la Iglesia Católica; por ejemplo los arrianos, los nestorianos y las varias sectas de los protestantes.

Papa León XIII

  • Jesucristo no concibió ni instituyó muchas comunidades

Si examinamos los hechos, comprobaremos que Jesucristo no concibió ni instituyó una Iglesia formada de muchas comunidades que se asemejan por ciertos caracteres generales, pero distintas unas de otras y no unidas entre sí por aquellos vínculos que únicamente pueden dar a la Iglesia la individualidad y la unidad de que hacemos profesión en el símbolo de la fe: “Creo en la Iglesia una…”.(León XIII. Encíclica Satis cognitum, n. 6, 29 de junio de 1896)

Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, sesión 8, 22 de noviembre de 1439, ex cathedra: “Todo el que quiera salvarse, ante todo es necesario que mantenga la fe católica; y el que no la ha guardado íntegra e inviolada, sin duda perecerá para siempre”.

San Ignacio de Antioquía

  • No escuchéis quien no habla de Jesucristo en la verdad

Onésimo mismo eleva muy alto vuestra disciplina en Dios, expresando con sus alabanzas que todos vosotros vivís según la verdad, y que ninguna herejía reside entre vosotros, sino que, por el contrario, vosotros no escucháis a persona alguna que les hable de otra cosa que no sea de Jesucristo en la verdad. Porque algunos hombres con perversa astucia tienen el hábito de tomar para todo el Nombre, pero obrando de otro modo y de manera indigna de Dios; a aquellos, debéis evitarlos como a las bestias salvajes. Son perros rabiosos, que muerden a escondidas. Debéis estar en guardia, pues sus mordeduras esconden una enfermedad difícil de curar. (San Ignacio de Antioquia. Carta a los Efésios, VI, 2; VII, 1)

El Papa Pio Pío IX condenó este indiferentismo religioso ante la herejía del protestantismo en la Proposición 18° de Syllabus errorum.
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Papa León I Magno

  • Los católicos deben huir de los herejes

Por lo tanto, queridos, de aquellos [herejes de] que estamos hablando huid como de veneno mortal, execradlos, desviaos de ellos y si, advertidos por vosotros, no quisieren corregirse, evitad conversar con ellos porque como está escrito, “la palabra de ellos es como la gangrena, que corroe” (2 Tm 2, 17). (León I Magno. Homilía 96 contra la herejía de Eutiques, 3)

León XII

  • El Dios verdadero no aprueba las sectas que profesan enseñanzas falsas

Es imposible que el Dios verdadero, que es la Verdad misma, el mejor, el más sabio proveedor y el premiador de los buenos, apruebe todas las sectas que profesan enseñanzas falsas que a menudo son inconsistentes y contradictorias entre sí, y otorgue premios eternos a sus miembros […] porque por la fe divina confesamos un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo. (León XII. Encíclica Ubi primum, n. 14, 5 de mayo de 1824)

Papa Pío IX

Es engaño decir que en el protestantismo se puede agradar a Dios del mismo modo que en la Iglesia Católica

Pero tampoco ignoráis, Venerables Hermanos, que los principales autores de esta tan abominable intriga, […] han formado ellos el designio de atraer a los pueblos de Italia a sus opiniones y conventículos protestantes en que, engañosamente les dicen una y otra vez para seducirlos que no deben ver en ello más que una forma diferente de la misma Religión cristiana verdadera, en que lo mismo que la Iglesia Católica se puede agradar a Dios. Entre tanto, en modo alguno ignoran que aquel principio básico del protestantismo, a saber, el libre examen e interpretación de la Sagrada Escritura, por el juicio particular de cada uno, en sumo grado aprovecharía su impía causa. (Pío IX, Encíclica Noscitis et nobiscum, 8 de diciembre de 1849)

Las confesiones separadas de la Iglesia no constituyen parte de Ella

Ahora bien, examinando cuidadosamente y reflexionando sobre el estado de las diversas sociedades religiosas, divididas entre sí, y separadas de la Iglesia Católica … no se  puede dejar de estar convencido de que cualquiera de estas sociedades por sí mismas, ni todas ellas juntas, no pueden de ninguna manera constituir y ser la única Iglesia católica que Cristo nuestro Señor construyó y estableció, y que por su voluntad debe continuar; y que no pueden de ninguna manera decir que son ramas o partes de esa Iglesia, ya que están visiblemente separadas de la unidad católica. (Denzinger-Hünermann 2998. Pío IX, Carta Apostólica Iam Vos Omnes, 13 de septiembre 1864)

Condenación de la doctrina que enseña ser el protestantismo apenas una variante de la única Religión verdadera

5. La revelación divina es imperfecta, y, por tanto, está sujeta a un progreso continuo e indefinido, que corresponda al progreso de la humanidad (3).
18. El protestantismo no es más que una forma distinta de la verdadera religión cristiana; y dentro de aquélla se puede agradar a Dios lo mismo que en la Iglesia católica. (Denzinger-Hünermann 2905, 2918. Pío IX, Sílabo o recopilación de errores que se proscribieron, 8 de diciembre de 1864)

Los que viven ajenos a la verdadera fe no pueden llegar a la eterna salvación

Es menester recordar y reprender nuevamente el gravísimo error en que míseramente se hallan algunos católicos, al opinar que hombres que viven en el error y ajenos a la verdadera fe y a la unidad católica pueden llegar a la eterna salvación [v. 1717]. Lo que ciertamente se opone en sumo grado a la doctrina católica” (Denzinger-Hünermann 2865. Pio IX. Encíclica Quanto conficiamur moerore, a los obispos de Italia, 10 de agosto de 1863)

Papa Pío X

  • La fraternidad no puede ser tolerancia del error

La doctrina católica nos enseña que el primer deber de la caridad no está en la tolerancia de las opiniones erróneas, por muy sinceras que sean, ni en la indiferencia teórica o practica ante el error o el vicio en que vemos caídos a nuestros hermanos. […] Porque, si se quiere llegar, y Nos lo deseamos con toda nuestra alma, a la mayor suma de bienestar posible para la sociedad y para cada uno de sus miembros por medio de la fraternidad, o, como también se dice, por medio de la solidaridad universal, es necesaria la unión de los espíritus en la verdad, la unión de las voluntades en la moral, la unión de los corazones en el amor de Dios y de su Hijo Jesucristo. (Pío X. Encíclica Notre charge apostolique, n. 22-23, 23 de agosto de 1910)

Papa Pío XII

  • Error de los que buscan la unidad a costa de la integridad de la Fe

Aún hoy no faltan quienes, como en los tiempos apostólicos, amando la novedad más de lo debido […] se hallan en peligro de apartarse poco a poco e insensiblemente de la verdad revelada y arrastrar también a los demás hacía el error. Señálese también otro peligro, tanto más grave cuanto más se oculta bajo la capa de virtud. Muchos deplorando la discordia del género humano y la confusión reinante en las inteligencias humanas, son movidos por un celo imprudente y llevados por un interno impulso y un ardiente deseo de romper las barreras que separan entre sí a las personas buenas y honradas; por ello, propugnan una especie tal de irenismo que, pasando por alto las cuestiones que dividen a los hombres, se proponen no sólo combatir en unión de fuerzas al arrollador ateísmo, sino también reconciliar las opiniones contrarias aun en el campo dogmático. […] Algunos de ellos, abrasados por un imprudente irenismo, parecen considerar como un óbice para restablecer la unidad fraterna todo cuanto se funda en las mismas leyes y principios dados por Cristo y en las instituciones por Él fundadas o cuanto constituye la defensa y el sostenimiento de la integridad de la fe, caído todo lo cual, seguramente la unificación sería universal, en la común ruina. (Pío XII. Encíclica Humani generis, n. 6-7, 12 de agosto de 1950)

No es lícito disimular la verdad con el pretexto de promover la concordia

Incluso con el pretexto de promover la concordia no es lícito disimular un solo dogma; porque, como el Patriarca de Alejandría nos advierte, “aunque el deseo de la paz es una cosa noble y excelente, sin embargo, no debemos ser negligentes, en aras de la lealtad a Cristo”. […] El único método exitoso será aquel que basa la armonía y el acuerdo entre los fieles de Cristo en todas las verdades que Dios ha revelado. (Pío XII. Encíclica Orientalis Ecclesiae, n. 1, 9 de abril de 1944)

Papa Pío XI

  • La diversidad de opiniones lleva al menosprecio de la religión

Entre tan grande diversidad de opiniones, no sabemos cómo se podrá abrir camino para conseguir la unidad de la Iglesia, unidad que no puede nacer más que de un solo magisterio, de una sola ley de creer y de una sola fe de los cristianos. En cambio, sabemos, ciertamente que de esa diversidad de opiniones es fácil el paso al menosprecio de toda religión, o “indiferentismo”, y al llamado “modernismo”, con el cual los que están desdichadamente inficionados, sostienen que la verdad dogmática no es absoluta sino relativa, o sea, proporcionada a las diversas necesidades de lugares y tiempos, y a las varias tendencias de los espíritus, no hallándose contenida en una revelación inmutable, sino siendo de suyo acomodable a la vida de los hombres. (Pío XI. Encíclica Mortalium animos, n. 15, 6 de enero de 1928)

Papa Pío IX

  • Desde su origen, la Iglesia buscó anatematizar a los que hacen traición al depósito de la fe

Creemos de nuestro deber y oficio cortar y arrancar de raíz las yerbas nocivas que viéremos crecer, a fin de que no se arraiguen y propaguen en daño del campo del Señor. Y por cierto, que ya desde el origen de la Iglesia naciente, conviniendo que la fe de los elegidos fuera probada como el oro en el fuego, el Apóstol, vaso de elección, quiso advertir a los fieles, que si alguno se levantare de los que alteran y trastornan el Evangelio de Cristo, diseminando falsas doctrinas y haciendo traición al depósito de la fe, aunque fuera un ángel el que evangelizara otra cosa que lo evangelizado, era preciso anatematizarlo. (Pío IX. Carta apostólica Ad Apostolicae Sedis, 22 de agosto de 1851)

Santo Tomás de Aquino

  • El diálogo con los no católicos debe ser hecho sólo por quien es firme en la fe y con el fin de la conversión de aquellos

Si se trata, efectivamente, de cristianos firmes en la fe, hasta el punto de que de su comunicación con los infieles se pueda esperar más bien la conversión de éstos que el alejamiento de aquéllos de la fe, no debe impedírseles el comunicar con los infieles que nunca recibieron la fe, es decir, con los paganos y judíos, sobre todo cuando la necesidad apremia. Si, por el contrario, se trata de fieles sencillos y débiles en la fe, cuya perversión se pueda temer como probable, se les debe prohibir el trato con los infieles; sobre todo se les debe prohibir que tengan con ellos una familiaridad excesiva y una comunicación innecesaria. (Santo Tomás de Aquino. Suma Teológica, II-II, q. 10, a. 9)

Papa Pío XI

  • Prohibición de todo trato con los que no profesan la verdadera doctrina

Nadie, ciertamente, ignora que San Juan, el Apóstol mismo de la caridad, el cual en su Evangelio parece descubrirnos los secretos del Corazón Santísimo de Jesús, y que solía inculcar continuamente a sus discípulos el nuevo precepto ‘Amaos unos a los otros’, prohibió absolutamente todo trato y comunicación con aquellos que no profesaran, íntegra y pura, la doctrina de Jesucristo: ‘Si alguno viene a vosotros y no trae esta doctrina, no le recibáis en casa, y ni siquiera le saludéis’ (2 Juan 10)”. (Pío XI. Encíclica Mortalium animos, n. 9, 6 de enero de 1928)

San Cipriano de Cartago

  • Quien recoge en otra parte disipa la Iglesia de Cristo

La esposa de Cristo no puede ser adúltera, pues es incorruptible y pura. Solo una casa conoce, guarda la inviolabilidad de un solo tálamo con pudor casto. Ella nos conserva para Dios, ella destina para el Reino a los hijos que ha engendrado. Todo el que se separa de la Iglesia se une a una adúltera, se aleja de las promesas de la Iglesia, y no logrará las recompensas de Cristo quien abandona la Iglesia de Cristo; es un extraño, es un profano, es un enemigo. […] Nos lo advierte el Señor cuando dice: “Quien no está conmigo, está contra Mí, y quien no recoge conmigo desparrama” (Mt 12, 30). Quien rompe la paz y concordia de Cristo, está contra Cristo. Quien recoge en otra parte, fuera de la Iglesia, disipa la Iglesia de Cristo. (San Cipriano de Cartago. De la unidad de la Iglesia, II, 6)

Papa León XIII

  • Abrazar a cualesquiera de cualquier religión es arruinar a la católica

Abriendo los brazos a cualesquiera y de cualquier religión, consiguen persuadir de hecho el grande error de estos tiempos, a saber, el indiferentismo religioso y la igualdad de todos los cultos; conducta muy a propósito para arruinar toda religión, singularmente la católica, a la que, por ser la única verdadera, no sin suma injuria se la iguala con las demás. (León XIII. Encíclica Humanum genus, n. 6, 20 de abril de 1884)

Santo Tomás de Aquino

  • El hereje que rechaza un solo artículo de fe no tiene el hábito de la fe

El hereje que rechaza un solo artículo de fe no tiene el hábito ni de la fe formada ni de la fe informe. […] Si [alguien], de las cosas que enseña la Iglesia admite las que quiere y excluye las que no quiere, no asiente a la enseñanza de la Iglesia como regla infalible, sino a su propia voluntad. […] Los demás artículos de la fe en los que no yerra el hereje no los acepta del mismo modo que el fiel, es decir, por adhesión a la Verdad primera, para lo cual necesita el hombre la ayuda del hábito de la fe. El hereje los retiene por propia voluntad y por propio juicio. (Santo Tomás de Aquino, S.Th. II-II, q.5, a.3, co. /ad1)