El Papa falso besa el Anillo de Pescador del Papa real

 

 

Non veni pacem |The Splendor of Truth

He escrito anteriormente sobre la decisión del Papa Benedicto XVI de retener el Anillo de los Pescadores después de su falsa abdicación AQUÍ. Al final de cada pontificado, sin excepción, el anillo es destruido …con un martillo de plata especial que está hecho para este propósito exacto y solo para este propósito. Varios escritores describieron el procedimiento en los días siguientes a la declaración. Entonces Benedicto salió y los corrigió. Oh no, queridos amigos, él lo está conservando. Enorme bandera roja, junto con mantener la forma de dirigirse  «Su Santidad» y todas las otras vestiduras papales, ya sabes, porque no había otras prendas disponibles.

La ocasión en sí misma también es muy interesante. ¿Sabías que el antipapa Bergoglio hasta trajo a sus cardenales recién acuñados frente al papa Benedicto para que los bendiga? Después del primer consistorio, al que asistió Benedicto en persona, Benedicto recibe a los nuevos cardenales en su residencia / monasterio, donde imparte su bendición. ¿Podría ser más obvio que él no está realmente retirado?

2018.06.28 Concistoro CPF

concubino

Diario boliviano publica más evidencia del concubinato del nuevo cardenal Toribio Ticona Porco

El Papa Inocencio X condenó específicamente la herejía de dos papas

San Vicente Ferrer nos explica que solamente puede haber un papa reinante, escribió  en su recopilación del  Tratado del cisma moderno de la Iglesia.

CAPITULO I
En el que se declara que no es lícito creer que los dos elegidos son verdaderos papas

 

Por lo que a la primera cuestión se refiere, puede manifiestamente responderse, según la verdad de la fe cristiana, que es imposible que los dos elegidos sean papas. Lo cual puede fácilmente probarse por muchas razones.
Primera. Aunque los pueblos cristianos estén divididos en muchas diócesis y naciones, sin embargo, así como la Iglesia es universal, así también es necesario que el pueblo cristiano sea uno ecuménicamente. Por lo mismo, así como en un pueblo determinado, que forma una iglesia particular, es necesario que haya un obispo, del mismo modo es necesario que en todo el pueblo cristiano exista un solo papa, cabeza y rector de la Iglesia universal. A este propósito leemos en los Cantares: Sesenta son las reinas y ochenta las concubinas, y las doncellas no tienen número. Pero única es mi paloma, mi perfecta; es la única hija de su madre, la predilecta de quien la engendró (Cant. VI, 8). Según la Glosa, las reinas y concubinas significan las distintas iglesias particulares, y las doncellas son las almas fieles. Mas la paloma única significa la Iglesia militante universal, que es una, como la Iglesia triunfante, llamada su madre y engendradora.

 

Segunda. En la verdadera Iglesia es necesario que los fieles cristianos concuerden en una misma fe. Por eso dice el apóstol: Sólo un Señor, una fe, un bautismo (Eph. IV, 5). Cuando surge un problema en lo que atañe a la fe, la Iglesia quedaría dividida si no fuera conservada en su unidad por la autoridad doctrinal de uno solo. Por tanto, para conservar la unidad de la Iglesia es necesario que sea uno solo el que la gobierne. A este respecto leemos en Ezequiel: Mirad, yo tomaré a los hijos de Israel de entre las gentes a que han ido, juntándolos de todas partes y los traeré a su tierra. Y haré de ellos en la tierra, en los montes de Israel, un solo pueblo, y todos tendrán un solo rey; nunca más serán dos naciones; nunca más estarán divididos en dos reinos; nunca más se contaminarán con sus ídolos y sus iniquidades; los libraré de todas las rebeliones con que pecaron y los purificaré, y será mi pueblo, y yo seré su Dios. Mi siervo David será su rey. Y tendrán todos un solo pastor (Ez. XXXVII, 21 ss).

 

Tercera. No cabe duda que el régimen de la Iglesia debe ser el mejor, ya que lo dispuso Aquel que dice: Por mí reinan los reyes y los jueces administran justicia (Prov. VIII, 15). Ahora bien, el mejor régimen de la multitud se da cuando está regida por uno solo, según dice Aristóteles en el libro III de los Políticos. Es más, la paz y unidad de los súbditos, que son el fin de toda sociedad, se alcanzan más fácilmente cuando rige uno que cuando son muchos los que rigen. Luego es manifiesto que el régimen de la Iglesia universal ha sido dispuesto por Dios de modo que sea uno solo el que gobierne toda la Iglesia. Por eso Cristo dijo sólo a Pedro: Apacienta mis ovejas (Jo. XXI, 17). Y sólo a Pedro prometió: Te daré las llaves del reino de los cielos (Mt. XVI, 10).

Cuarta. La Iglesia militante deriva y es semejanza de la triunfante. Dice San Juan en el Apocalipsis (Apoc. XXI, 2) que vio la nueva Jerusalén —la Iglesia militante— que descendía del cielo, es decir, la Iglesia triunfante. Y en la Iglesia triunfante preside uno solo, que es el que rige también el universo: Dios. Luego en la Iglesia militante uno solo debe presidir y gobernar a todos. Por eso dijo Jesús: Habrá un rebaño y un pastor (Jo X, 16).

Quinta. En el cuerpo natural hay una sola cabeza. La Iglesia universal es un cuerpo místico, y los distintos fieles son sus miembros, nacidos y unidos entre sí por la unidad de fe, esperanza y caridad. Se lee en la epístola a los Romanos: A la manera que en un solo cuerpo tenemos muchos miembros y todos los miembros no tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un solo cuerpo en Cristo (Rom. XII, 4-5). Necesariamente, pues, en el cuerpo de la Iglesia universal habrá un solo papa, cabeza y rector. A este respecto profetizó Oseas: Los hijos de Judá y los hijos de Israel se juntarán en uno. y se darán un jefe único (Os. I, 11).

Sexta. Es verdad de fe que el papa tiene potestad plena sobre todos; por lo cual dijo Cristo a Pedro: Cuanto atares en la tierra será atado en los cielos, u cuanto desatares en la tierra será desatado en los cielos (Mt. XVI, 19). Si hubiera dos papas a la vez, o el uno tendría más potestad que el otro, o no. Si uno no tuviera más potestad que el otro, ninguno de los dos sería papa, porque el papa tiene potestad sobre todos, como queda dicho. Si la tuviera, el inferior no sería papa. Así prometió el Señor, hablando por Ezequiel: Yo salvaré a mi grey, y no será jamás presa de las gentes; suscitaré para ella un pastor único, que la apacentará (Ez. XXXIV, 28 y 31). Por todas estas razones aparece claro que no es lícito creer que los dos elegidos en cuestión son verdaderos papas. Por consiguiente, yerran muy gravemente quienes, con el afán de obtener gracias y dispensas, o por alcanzar cualquier clase de privilegios, acuden a uno y otro, reverenciándolos como papas auténticos. Pues siendo cierto que no pueden ser papas los dos, sino que uno de ellos es apostático y antipapa, es evidente que quienes en sus súplicas reverencian a los dos como tales, no escapan a las penas y maldiciones prescritas en aquel canon del Decreto que comienza: En el nombre del Señor… (J. Gratianus, Decretum (Concordantia discordantium canonum) 1, dist. 23, e. 1 : 44 In nomine Domini»). Y nadie puede ser excusado en esto por ignorancia, como se verá en lo que sigue.

CAPITULO II

En el cual se declara que es necesario creer que uno de los dos es verdadero papa

En cuanto a la segunda cuestión, digo que a ningún cristiano es lícito o seguro creer o decir que ninguno de los dos elegidos es verdadero papa. Esto se manifiesta por las tres razones siguientes:
Primera. La primera elección, o fue debida y canónicamente celebrada, o no. Si fue hecha canónicamente, entonces todos los cristianos han de creer que el primer electo es verdadero papa.

CAPITULO III

 

En el que se declara ser muy peligroso para el alma cristiana adherirse como a papa al que no lo es, y apartarse, aunque sea por ignorancia, del verdadero.

Sobre la tercera cuestión, digo que para todos los cristianos a quienes ha llegado debidamente la notificación de los cardenales acerca de los dos elegidos, sin duda alguna, es muy peligroso y condenable obedecer como papa al que no lo es, apartándose del verdadero, aunque sea por ignorancia. Esto se prueba por muchas razones.
Primera. Porque, los que tal hacen pecan gravemente contra dos preceptos divinos, pues apartándose del papa verdadero y no tributándole el honor debido, quebrantan el primer precepto de la segunda tabla: Honra a tu padre y a tu madre… El papa legítimo es padre universal de los cristianos, y la Iglesia es la madre. Además, prestando obediencia a uno que no es papa y tributándole honores papales, se quebranta el primer precepto de la primera tabla, en el cual se ordena: No adores a dios extranjero, ni ídolo, ni estatua, ni semejanza alguna del cielo. ¿Qué otra cosa es el falso papa sino un dios extranjero en este mundo, un ídolo, una estatua, una imagen ficticia de Cristo? Es evidente, pues, que es muy peligroso para cualquier alma cristiana quebrantar, aunque sea por ignorancia, los dos preceptos divinos señalados.

Se dice generalmente, y con acierto, que en la actualidad, por causa de la doble elección de papa, hay un cisma en la Iglesia, o mejor, hay separación cismática de la Iglesia. Si existe el cisma, es necesario que haya cismáticos, que no son precisamente los que obedecen al papa verdadero, sino los que obedecen al falso cual si fuera legítimo. La ignorancia no excusa a los cismáticos, porque, según San Pablo: Si alguno lo desconoce, será él desconocido (1 Cor. XIV, 38,). San Ambrosio, comentando la carta a los Romanos, dice: Si tienes ignorancia, pecas gravemente (C, II).


“El Papa Benedicto XVI no renunció al divino oficio de Vicario de Cristo, entonces Francisco no es realmente el Vicario de Cristo ”