Bergoglio blasfemó al Espíritu Santo: “¡Este Espíritu Santo es un desastre!”

Mateo 12:32 Y al que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que la diga contra el Espíritu Santo, no se le perdonará ni en este mundo ni en el otro.

blasfemia bergoglio

Restore-DC-Catholicism 5 de mayo de 2018

El Espíritu Santo es … ¿QUÉ?

Ayer, en una reunión conducida por la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada, el Papa Francisco dijo que “el Espíritu Santo es un desastre porque nunca se cansa de ser creativo”.

Mis queridos amigos que insisten en tratar de defender las declaraciones indefendibles de este Papa, no lo intenten esta vez. Sería deshonesto intelectualmente y espiritualmente hacerlo. Piénsenlo. La Tercera Persona de la Santísima Trinidad es Dios. El `Vicario de Cristo´ ha dicho que Dios es un desastre. ¿Quería decir eso? No lo sé y lo más importante aún, es que no importa a qué se refería. El hecho es que lo dijo. ¿Pueden señalar a otro pontífice que dijera algo semejante, que permitiera que ese tipo de blasfemia saliera de su boca?

Más tarde él exaltó  los beneficios del ‘discernimiento’. Estoy de acuerdo en que el discernimiento es muy beneficioso. Alguna vez debería intentar ponerlo en práctica.


Entre seglares, las palabras maliciosas no pasan de ser palabras maliciosas; en boca del sacerdote son blasfemias. […] Consagraste tu boca al Evangelio; no es lícito abrirla maliciosamente. Acostumbrarse a ello es sacrilegio. Los labios del sacerdote han de guardar el saber y en su boca se busca la doctrina, no la picaresca y el chisme. Es insuficiente desterrar de los labios las palabras maliciosas, que suelen justificarse como chistes graciosos; también hay que cerrarlas el oído. Es vergonzoso que provoquen tus carcajadas. Pero más vergonzoso aún que las provoques en los otros. (San Bernardo. Tratado de la consideración al Papa Eugenio, cap. XXII)

“Si soportar las injurias que nos alcanzan personalmente (y respetar a las personas que las profieren) es un acto virtuoso, soportar las que atañen a Dios es el colmo de la impiedad” (Catena Aurea- Santo Tomás de Aquino)

Con eso abrió su boca en blasfemias contra Dios, blasfemando de su nombre, y de su Tabernáculo, y de los que habitan en el cielo. Apocalipsis 13:6