es.news “El Señor murió por todos, también por las personas que no creen en Él o son de otras religiones”, dijo erróneamente a Francisco a su audiencia durante su homilía del 4 de mayo.
Usando el doble discurso agregó: “Cristo murió por todos, Él justificó a todos”.
El Concilio de Trento aclara estas declaraciones engañosas: “Aunque Cristo murió por todos, no todos reciben el beneficio de su muerte, sino solamente aquéllos a los que se les comunicó el mérito de su pasión [a través de los sacramentos]” (Primer Decreto sobre la Justificación, n. 3).
Profecía de San Francisco de Asís:En el momento de esta tribulación un hombre, elegido no canónicamente, se elevará al Pontificado, y con su astucia se esforzará por llevar a muchos al error y a la muerte.
El credo Atanasiano establece la necesidad de creer en la fe católica para la salvación. Él cierra con las palabras: “Ésta es la fe católica y el que no la creyere fiel y firmemente, no podrá salvarse”.
Pecados contra el Espíritu Santo
La presunción de salvarse sin merecimientos
La impugnación de la verdad conocida
La impenitencia final
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Rábano (Catena Aurea):
La autoridad de este pasaje destruye el error de Orígenes, quien sostenía que todos los pecadores alcanzarían después de muchos siglos el perdón de sus pecados; doctrina que queda completamente refutada con las palabras: «No será perdonado ni en este mundo ni en el otro».
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