Bergoglio permite que los apóstatas activistas homosexuales Ewald Volgger y Franz Lackner promuevan impunemente la práctica de la sodomía en Austria

El Card. Pell advirtió : «la comunión para los divorciados vueltos a casar es solo la punta del iceberg, el caballo de Troya. Ellos quieren cambios más amplios, el reconocimiento de las uniones civiles, el reconocimiento de las uniones homosexuales»

es.news El arzobispo de Salzburgo, monseñor Franz Lackner, presidente de la Comisión de Liturgia de la Conferencia Episcopal Austríaca, encargó al sacerdote liturgista Ewald Volgger que redacte una “Bendición para Parejas del mismo sexo”.

Volgger dijo el 28 de abril al sitio web Kirchenzeitung.at, de la diócesis de Linz, que la Iglesia debería establecer “tan pronto como sea posible” una “bendición” formal de homosexuales.

Él pidió que se falsifique el Catecismo de la Igesia Católica, eliminando la declaración fáctica que la homosexualidad es intrínsecamente desordenada, ya que su “liturgia oficial” para los homosexuales estaría basada en la “doctrina de la Iglesia”.

Según Volgger hay un “considerable número de obispos” que desean “re-evaluar” las parejas del mismo sexo [gravemente pecaminosas], es decir, abandonar las enseñanzas bíblicas.

En Austria, las bodas homosexuales en las iglesias católicas son habituales.

San Pablo dice explícitamente que los obispos “no deben dominar sobre tu fe” (2Cor 1, 24).

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Aquí se cumple la Palabra de Dios cuando San Pablo advierte que en los últimos tiempos muchos apostatarían de la fe prestando atención a la doctrina de los demonios y que muchos cerrarían sus oídos a la Verdad y no tolerarían la sana doctrina, sino se complacerían en el engaño diabólico rodeándose de maestros malvados que les digan las falsedades que quieren escuchar. San Pablo nos advirtió que no nos dejáramos engañar porque los homosexuales y los hombres afeminados (los travestis, los que se cambian de sexo) no se salvan sino que se condenan en el Infierno y también enfatizó que todo falso evangelio está maldito.

Estos apostatas ministros del diablo que en lugar de buscar la conversión confirman a los homosexuales en su rebelión contra Dios en realidad maldicen a esas ´parejas de homosexuales´ para que se condenen eternamente.

Estos apóstatas también cometen el Pecado de la Blasfemia contra el Espíritu Santo al impugnar la Verdad revelada al desafiar las enseñanzas morales de la Iglesia, al promover el pecado de la impenitencia final y al promover el pecado de presunción de salvarse sin merecimientos sin arrepentimiento de un pecado que clama venganza al Cielo.