1 Corintios 6: 10 ni los afeminados, ni los sodomitas, ni los ladrones, ni los avarientos, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los que viven de rapiña, han de poseer el reino de Dios.
Matthias Matussek escribe en un periódico alemán: Que Bergoglio ayuda a sus amigos y con sus enemigos es muy malo.
Dos años después de la suspensión «Don Mercedes» apareció de nuevo en la escena. El
Papa Francisco le había levantado la suspensión. Cuando el padre pedófilo fue nuevamente llevado al confesionario en el confesionario, las autoridades italianas intervinieron y pidieron la cooperación de Bergoglio. Francisco declinó la «tolerancia cero». Los amigos son amigos, y amigos de los amigos; según este principio con el que también actúan otras asociaciones italianas.
Y los enemigos son enemigos, y son tratados muy mal. Se ha informado, que a Francisco le encanta usar un lenguaje profano con pequeños grupos de personas, maldiciones, [y] crudeza que no se pueden imprimir [es decir, Palabras que son tan malas que no pueden repetirse aquí – peor que la coprofagia y todo lo que ello conlleva]. Además, sus estallidos de rabia se han vuelto más frecuentes que últimamente. Le encanta humillar incluso a sus más fieles colaboradores: «La humillación», añade el jesuita, es una experiencia espiritual importante, como si la hubiese sacado de los famosos ejercicios espirituales del fundador de la orden [jesuita], San Ignacio de Loyola.
Visto en el blog Call me Jorge.
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De la abundancia del corazón habla la boca.
(Cf. Mt 12:34 )

Apocalipsis 13:5. Se le dio así mismo una boca que hablase cosas altaneras y blasfemias; y se le dio facultad de obrar así por espacio de cuarenta y dos meses.
Proverbios 10:32.
Los labios del justo se emplean en hablar cosas agradables a Dios; y en hablar cosas perversas la boca del impío.
Dios aborrece la mala conducta y el lenguaje perverso (Cf.Proverbios 8:13 ).
Mateo 12: 36-37:
Os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres darán cuenta en el día del Juicio. Porque por tus palabras serás declarado justo y por tus palabras serás condenado.»
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